La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra con sede en Vigo acogió ayer la primera de las cinco sesiones reservadas para juzgar a Jesús G.F, el entrenador de fútbol femenino de Mos acusado de abusar sexualmente de una adolescente de 14 años -jugadora del equipo al que dirigía- con la que al parecer mantenía una relación sentimental pese a que la chica no alcanzaba la edad mínima de consentimiento sexual así como un segundo delito de abusos contra otra joven también menor de 16 años. El tribunal, con el fin de preservar la intimidad de las adolescentes y a petición de las partes, acordó la celebración de la totalidad de la vista a puerta cerrada.

Para la primera jornada estaba prevista la declaración del acusado, que llegó desde a prisión de A Lama en torno a las 10.00 horas de la mañana además de la de las supuestas víctimas. La declaración del acusado al igual que la del resto de testigos se produjo a puerta cerrada pero según pudo saber este periódico Jesús G.F habría mantenido su inocencia: "No hay delito", aseveró. El entrenador, quien ya fue condenado en 2010 también por un ilícito de abusos a una menor, habría precisado que su relación con la supuesta víctima era conocida por varias personas.

El procedimiento se inició a finales de 2016 tras la denuncia interpuesta por el padre de una de las menores. Tras más de un año de instrucción y tras ser procesado por hasta cinco delitos de carácter sexual, la Fiscalía solicitó para él una pena de casi 27 años de prisión tal y como adelantó FARO por los ilícitos de abusos sexuales -en uno de ellos de forma continuada- además de elaboración de pornografía infantil y exhibicionismo. El acusado permanece en prisión provisional desde octubre de 2016; llegó a estar en libertad un corto período de tiempo, pero se ordenó su reingreso por riesgo de reiteración delictiva. Junto a las penas privativas de libertad la fiscal solicita las accesorias de prohibición de aproximarse o comunicarse con las víctimas y la de inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad.

Asimismo, en cada uno de los delitos demanda la medida de libertad vigilada por un período que en total suma también prácticamente 27 años.

En la versión restringida del escrito de acusación al que tuvo acceso este periódico se indica, sobre los hechos con la menor por la que se pide mayor pena, que el acusado presuntamente comenzó a mantener relaciones sexuales con ella entre diciembre de 2015 y enero de 2016. La chica formaba parte del equipo deportivo que entrenaba el acusado. "Las relaciones se mantuvieron periódicamente en distintos momentos y lugares, hasta la detención del procesado en octubre de 2016, valiéndose para ello tanto de su diferencia de edad, como de su condición de entrenador y mentor, así como de la especial situación familiar de la víctima, logrando así obtener su total confianza y sumisión", se señala.