Tres años y nueve meses de cárcel. Esa es la condena que le impuso un juez a un acusado de cometer delitos de violencia psíquica, amenazas, coacciones y malos tratos sobre la mujer. El imputado ya había sido sentenciado en 2014 por un delito de violencia en el ámbito familiar y amenazas. El magistrado considera acreditado que trataba a su compañera sentimental "de forma vejatoria y despectiva", dirigiéndole continuos insultos como "puta, payasa o perra". Tras enfadarse porque no estaba en casa el 13 de julio de 2016, le envió numerosos mensajes amenazantes y causó destrozos en la vivienda que compartían.

Además, el juez considera acreditado en la sentencia que este vecino de A Coruña le controlaba "sus relaciones con terceros, personales y telefónicas, con el objetivo de someterla a su dominio".

El procesado, que ya había sido condenado en 2014 por un delito de violencia en el ámbito familiar y amenazas, también fue sentenciado a la prohibición de comunicarse por cualquier medio con la víctima, así como de aproximarse a menos de 200 metros de ella durante ocho años. La pareja comenzó a convivir en el domicilio de la madre del condenado y, en enero de 2016, se mudaron a un piso de la ciudad, donde también residía una hija menor de la mujer.

El juez considera acreditado en la sentencia que el 13 de julio de 2016, la víctima salió del domicilio que compartían para dar un paseo con su otra hija, con la que no vivía, y el investigado comenzó a llamarla reiteradamente "enfadado porque no estaba en casa".

Como su pareja no le respondía, le envió numerosos mensajes amenazantes y con insultos desde la tarde hasta después de las tres de la madrugada, en los que escribía insultos como "perra" o "payasa". La víctima no regresó a la vivienda porque tenía miedo a la reacción de su compañero sentimental y le dijo por mensaje que no quería estar con él y que recogiese las cosas. El sospechoso hizo caso omiso y continuó mandándole mensajes. A las 02.50 horas le envió una fotografía de una mujer haciendo una felación.

Al no recibir respuesta, como el sospechoso sabía que su novia estaba con su hija, llamó a la adolescente y le dijo que la iba a matar a ella y a su padre. Nada más colgar, le envió una fotografía de una mano sangrando en el cuarto de su hermana menor. Ante las amenazas, la niña llamó a su padre, quien telefoneó al condenado y le dijo que no iba a permitir que amenazase a su expareja ni a su hija. El acusado le respondió que tenía "un puñal" para él y para la menor. Después, se presentó cerca de su domicilio y realizó con el coche una maniobra brusca para amedrentarlo.

Al día siguiente, el 14 de julio de 2016, el sospechoso fracturó el cristal de la puerta de salón, la televisión y una persiana del inmueble en el que residía con su pareja. El día 16, el Juzgado de Instrucción número 5 de A Coruña decretó el ingreso en prisión provisional y sin fianza del investigado debido a la gravedad de los hechos y a que tenía antecedentes penales por un delito de violencia en el ámbito familiar.

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 6 de A Coruña lo condenó como autor de delitos de violencia psíquica, coacciones, amenazas y malos tratos sobre la mujer. En total, fue sentenciado a tres años y nueve meses de prisión. A la víctima deberá pagarle una indemnización de 280 euros por las lesiones que le causó y de 3.000 euros por el daño moral que sufrió.