"Hizo lo más que pudo. Dio la vida en un acto de civismo". Con estas palabras casi ahogadas por la emoción, Loli Beltrán, tía de Daniel le en la concentración convocada en la playa de Arealonga donde murió hace un año. Dani afeó a su agresor que intentara orinar sobre unas chicas en el arenal tras las hogueras y murió por ello. "Era un niño bueno y estamos aquí para recordarle y para dar las gracias por el apoyo que nos habéis prestado y que nos ha permitido sacar fuerzas para seguir adelante", expuso. De ahí el especial agradecimiento de la familia a la persona que taponó con la mano la herida de Dani y trató de reanimarlo, a los policías "que se jugaron la vida" para detener al agresor y al instituto de Teis.

Los padres, hermanos y familiares del joven estuvieron arropados por decenas de personas en el arenal donde el Concello ha colocado una placa en memoria de Daniel Beltrán. Su madre apenas podía hablar, mientras que su padre lamentaba que el asesino apoyara el cañón de la pistola en el pecho y le disparara directamente al corazón. Ahora confía en que el jurado popular mantenga en prisión al verdugo de su hijo el mayor tiempo posible.

El acto se convirtió en una protesta contra todos los actos violentos y la familia Beltrán recordó en el minuto de silencio a todas las víctimas, especialmente a Sesé, vecina y amiga que falleció a manos de su exmarido cuando hizo explotar la casa en la que murieron los dos. También cuando aquella casa estalló, Dani intentó ayudar: "Le tocó a él, pero pudimos ser cualquiera".