Un policía local, que fue el primer agente en llegar al lugar donde tuvo lugar el accidente que dejó parapléjico el 4 de septiembre de 2014 al ciclista Diego González en el Monte Alba de Vigo tras impactar contra una gran piedra con la que se topó cuando realizaba un salto, reiteró ante el tribunal ayer, la igual que su compañero la víspera, que la roca había sido movida de su sitio para que quedara en el paso de los deportistas y que se veía claramente la cama donde había estado depositada habitualmente y la rodadura que hizo al ser trasladada.

El agente manifestó ante el tribunal que ya habían tenido una incidencia previa aquella misma tarde en la zona, pues dos ciclistas alertaron de que había un tramo de árboles a medio talar a modo de obstáculos sobre el circuito que solían utilizar y que con tal motivo él había hablado con el vicepresidente segundo de la Comunidad de Montes, que comparte banquillo con otros tres trabajadores por estos hechos: "José me reconoció que habían talado árboles cansados de los daños que causaban los ciclistas en los montes, que habían tomado medidas porque estaban hartos. Insistí en si habían dejado más obstáculos en otros tramos y me dijo que no. Le creí y poco después nos alertaban del accidente con la piedra".

Este policía explicó que tras atender al herido, que había permanecido allí caído entre 40 y 60 minutos, según les explicó él mismo, descubrieron otras dos piedras movidas, también atravesadas en el camino, por lo que precintaron la zona, al igual que habían hecho con los árboles a medio talar.

Ayer también declararon testigos de la defensa, entre los que se encuentra la tesorera de la entidad y varios trabajadores. La responsable económica de la entidad aseguró que no le consta que el vicepresidente estuviera el día del accidente en el monte, si bien declaró que un chico entró gritando tras el sinietro en la sede y discutió con el vicepresidente, pues éste negaba que la cuadrilla hubiera actuado aquel día en la zona donde apareció la roca.

Los testigos admitieron ante el tribunal que retiraron piedras y talaron árboles pero en otra zona, para abrir camino a la finca de un vecino que lo solicitó pues se quedó sin acceso a su parcela. El fiscal pide para los acusados 2,5 años de cárcel. Hoy llega el turno de los peritos.