La empresa de pirotecnia afectada por la terrible explosión de ayer, mantenía entre casas habitadas del barrio de A Torre, en Paramos, un depósito con centenares de kilos de material explosivo, sin ningún tipo de permiso ni garantías de seguridad.

El depósito era totalmente clandestino y se había habilitado en una vieja nave que sirvió de gallinero. Los vecinos más próximos creían que se trataban de cañas y palos para los cohetes y material auxiliar no peligroso, pero en realidad el empresario, detenido ayer, guardaba decenas de kilos de clorato potásico, azufre y cartuchería, capaces de echar abajo las casas de la zona y crear una onda expansiva que rompió cristales a 4 kilómetros de distancia.

La Guardia Civil investiga si la empresa fabricaba en Baldráns, otra parroquia de Tui, y almacenaba en Paramos. Aunque desde septiembre la planta de fabricación de Baldráns estaba precintada por orden judicial tras un largo proceso, vecinos de la zona afirman que seguían trabajando en el interior, ya que se escuchaba el sonido de las máquinas de forma constante "y salía y entraba gente", según relató ayer un testigo. Hace un mes los abogados de uno de los vecinos que pidieron el cese de la actividad, presentaron en el juzgado una petición para que se le cortase la luz y el agua de la planta. En septiembre el exalcalde socialista de Tui, Enrique Cabaleiro, dictó finalmente la orden de precinto siguiendo las instrucciones del TSXG que llegó a llevarse a efecto, aunque los afectados creen que sin las garantías de cierre, porque la actividad seguía de forma ilegal.

"Nosotros pedíamos que la actividad cesara porque había antecedentes, hubo un muerto hace años y más incidentes, y lo que pasó en Paramos pudo haber pasado aquí, era lo que queríamos evitar", relató ayer José, uno de los vecinos afectados.

La clausura de la planta de Baldráns tuvo que llegar al juzgado después de una lucha de los afectados con el Concello, que áun después de órdenes judiciales para cerrar la empresa la mantuvo en base a una posible legalización de la actividad, un hecho que incluso le valió una sanción económica al ex alcalde del PP Moisés Rodríguez por incumplir la orden de precinto.

La pirotecnia famosa en las fiestas y polémica en los puntos de fabricación y almacenaje no reunía condiciones para la actividad que realizaba y que venía ejerciendo desde hace más de 75 años. En Tui los vecinos pedían su retirada desde 2005, después de que se hubiese producido un accidente. "Estábamos seguros que cualquier día pasaría, que sería algo muy grave por eso no paramos de presentar denuncias y no cesamos en nuestra intención de precintar y cerrar la nave, creíamos que cualquier día volaría todo por los aires, el taller y nuestras casas, finalmente el suceso ocurrió en Paramos, desgraciadamente, porque detrás de esa actividad hay gente inconsciente", indicaba un vecino.

El actual alcalde de Tui, Carlos Padín, dijo ayer que el Concello no tenía ningún conocimiento de que la actividad de almacenamiento se estuviese realizando en la localidad y afirmó que le constaba que la nave de Baldráns estaba paralizada.