Un guardia civil de 36 años, natural de Carballo (A Coruña) y destinado durante 8 años en la aduana de la Farga de Moles (La Seu d'Urgell), ha aceptado hoy tres años de prisión por un delito de soborno y revelación de secretos al reconocer que facilitaba información a contrabandistas a cambio de dinero.

Según el informe fiscal, el acusado utilizaba su condición de agente en la aduana para permitir el paso de ciertos vehículos cargados de tabaco de contrabando procedentes de Andorra.

La mujer del acusado también ha sido condenada a dos años por el mismo delito, ya que una vez el agente pidió el traslado a Guadalajara al detectar sospechas de que le estaban investigando, fue entonces su esposa quien pasó información sobre cuándo y cómo actuar y se reunió con los contrabandistas para cerrar los tratos.

Dos personas más han aceptado a su vez tres años de prisión por un delito de contrabando al admitir que uno de ellos era el encargado de las provisiones de tabaco y, el otro, de conducir la caravana con la que introducían el material en España.

El caso salió a la luz cuando, a raíz de un control en la aduana de La Farga de Moles en junio de 2016, descubrieran que dos personas viajaban en una caravana con la matrícula falsificada y con 21.060 paquetes de tabaco valorado en 93.967 euros en su interior.

El acuerdo al cual se ha llegado esta mañana en la Audiencia de Lleida contempla también la inhabilitación del agente para trabajar en cualquier cuerpo de las fuerzas de la seguridad durante, al menos, 9 años. Por su parte, los dos acusados de contrabando deberán pagar una multa de 280.000 euros y, entre los 4, tendrán que abonar al Estado 78.000 euros.