En la carretera: precaución, respeto y cero alcohol. Cuando alguna de estas actitudes falla nos exponemos a sufrir algún percance, leve en el mejor de los casos. Entre los centenares de incidencias que ocurren a diario en la carreteras gallegas, algunas destacan por ser de lo más sorprendentes. Se fijan en la memoria y salen en las conversaciones sobre tráfico como ejemplos de maniobras propias de un "fitipaldi

El vehículo del joven, atrapado en el puente de A Ramallosa. // FdV

Hace dos semanas un conductor novel atrancaba su coche en el puente románico de A Ramallosa. Habría salido airoso si no fuese porque el viaducto se estrecha en el centro. La Policía Local de Baiona, ya alertada de la presencia de un vehículo que hacía eses por Sabarís, localizó al piloto, un vigués de 21 años, intentando dar marcha atrás. La pruebas de alcoholemia arrojaron un resultado de 1,04 mg de alcohol por litro de aire espirado, 7 veces más de lo permitido para quienes acaban de obtener el carné.

El coche del futbolista, ante las escaleras de Puerta del Sol. // Nick

Otro popular suceso afectó a un jugador del Celta. Joan Tomás fue "cazado" en la madrugada del lunes 15 de agosto de 2011 en sentido contrario y sin escapatoria en las escaleras de Porta do Sol. El mediapunta catalán se adentró con su vehículo por el Paseo de Granada y Abeleira Menéndez hasta desembocar en la Rúa Cruz Verde. Y allí se quedó atrapado, pues la única salida eran las escaleras de la calle Segunda República (por entonces aún no existían las cintas mecánicas). El jugador fue rápidamente interceptado por la Policía Local de Vigo. Joan Tomás triplicó la tasa de alcohol permitida al volante (0,70 mg por litro de aire espirado), lo que le costó la apertura de un expediente sancionador por parte del club.

Un kamikaze realiza peligrosos adelantamientos en el Corredor de O Morrazo

Un kamikaze realiza peligrosos adelantamientos en el Corredor de O Morrazo

En otras ocasiones, la temeridad de algunos pilotos pone en riesgo al resto de conductores. Así, el pasado mes de septiembre, un vecino de Bueu fue identificado tras realizar adelantamientos imprudentes en el Corredor de O Morrazo en plenas obras de ampliación. Varias personas grabaron sus maniobras y las divulgaron en redes sociales, lo que ayudó a dar con el vehículo y su propietario. Este se enfrenta a tres infracciones administrativas a la Ley de Seguridad Vial: conducción temeraria, carecer de seguro obligatorio y circular con la inspección técnica caducada.

Otro buenense fue denunciado en los últimos días por realizar maniobras peligrosas en pleno casco urbano de Cangas: atravesar la línea continua y quemar rueda en la vía pública. La Policía de la localidad destacó que el vehículo llegó a realizar trompos, cuyos trazos quedaron marcados sobre el asfalto.

Conducción temeraria en el centro de Cangas

Conducción temeraria en el centro de Cangas

Por este tipo de maniobras temerarias siete jóvenes fueron procesados en Vigo. Estaban acusados de realizar derrapajes y trompos en el "torreiro" de Valladares por las fiestas de San Campio de 2010. A pesar del despliegue policial habilitado para impedirlo, la "exhibición" se realizó. La juez de lo Penal de Vigo sentenció, sin embargo, que estas prácticas "no entrañaron un peligro concreto para el público".

En otras ocasiones los incidentes no proceden de una acción deliberada, sino de despistes: coches mal aparcados, olvidos del freno de mano, confusión entre pedales... Una imagen que alcanzó gran popularidad nos remonta a la Arribaba de 2013. Cientos de personas fotografiaron un BMW inundado tras subir la marea. Su dueño estacionó en la rampa del puerto sin tener en cuenta los cambios en el nivel del mar.

El vehículo inundado por la subida de la marea. // Jesús de Arcos

Otra situación, extrañamente común en Galicia, es el "engaño" del GPS. Estos dispositivos suelen llevar a camioneros por rutas imposibles para las dimensiones de sus vehículos. Y no hace falta irse a pequeños núcleos de población, en Vigo también ocurre. Un tráiler quedaba atrapado en San Andrés de Comesaña en julio de 2016. Los bomberos tuvieron que talar la rama de un árbol para que el conductor pudiese dar marcha atrás y retomar su camino.

Tráiler atorado contra una vivienda en A Gudiña. // B. Lorenzo

Mucho más impactante fue el percance de un camión articulado de 18 metros de longitud que quedó atorado durante 15 horas en el pueblo de Pentes, en A Gudiña. Su chófer intentó desatascar el vehículo hasta quemar el embrague, por lo que finalmente fue necesario sustituir la cabeza tractora averiada para que pudiese continuar el viaje.