La Policía Nacional de Vigo ya da por cerrada la Operación Becris. Una investigación con la que se ha de-sarticulado la que se consideraba una de las "mayores organizaciones" dedicadas al tráfico de hachís en el noroeste de España. El balance de de siete detenidos, entre ellos el líder de la banda y su hombre de confianza.Los agentes intervinieron 95.000 bellotas de hachís, con un peso que supera los 100 kilos, así como siete vehículos de alta gama, un revólver y una pistola eléctrica, entre otros efectos. El grupo, según fuentes oficiales, disponía de una red de vehículos que, desde Andalucía, transportaba más de 400 kilos de estupefaciente al mes hasta Galicia para su posterior distribución. Una cantidad que, en su venta por gramos en la calle, supondría un beneficio de 2, 2 millones de euros.

Tras casi un año fugado en el marco de estas pesquisas, un vecino de Vigo apodado Nandi, como ya informó entonces FARO, se personaba el pasado enero de forma voluntaria en los juzgados de Redondela. La sala que instruye la causa decretó su ingreso en prisión provisional. Ahora la Policía da por finalizado el operativo iniciado en torno a este entramado, uno de los mayores del tráfico de hachís en el noroeste peninsular. La banda había extendido además sus redes hacia Portugal y parte de la meseta. Los agentes identificaron al cabecilla y las viviendas e inmuebles que usaban para ocultar la droga y prepararla para su distribución.

Los arrestados tenían una red de turismos y furgonetas con compartimentos ocultos en los que transportar más de 100 kilos de hachís. Estos vehículos eran guiados por conductores experimentados que se rotaban para evitar su identificación. Cada ocho o nueve días uno de estos coches se dirigía a algún punto de Andalucía para trasladar entre 100 y 120 kilos de droga a alguno de los pisos o viviendas de los que disponía la red en Galicia.

Fue ya hace un año, en febrero de 2017, cuando, iniciadas las pesquisas, los investigadores del grupo UDYCO de Vigo interceptaron un coche cuando circulaba cerca de la frontera portuguesa. Este, al verse acorralado, embistió al vehículo policial y se escapó hacia Portugal, iniciándose una persecución por el país vecino.

Al mismo tiempo se avisó a las autoridades lusas, que movilizó a la Guarda Nacional Republicana (GNR). El dispositivo finalizó con la interceptación del coche en Monçao. Al detener al conductor, un vigués de 34 años que después declararía que fue "coaccionado" para hacer el transporte, se percibió fuerte olor a hachís. Bajo los asientos albergaba dos huecos con algo más de 95.000 bellotas de resina de hachís de alta calidad.

Tras ello se procedió a la detención del resto de integrantes del grupo, así como a realizar seis registros en inmuebles y viviendas cercanas a Vigo. Hubo seis detenidos y recientemente cayó el séptimo integrante, que estaba fugado. Junto a droga, armas y vehículos, los agentes también hallaron en los registros teléfonos móviles, equipos de radiotransmisión de largo alcance, un chaleco antibalas, una placa falsa de policía y otros efectos. La investigación judicial de esta causa está ya muy avanzada.