Un triángulo amoroso que podría ocultar una inducción al asesinato. La Audiencia de Pontevedra ha ordenado al Juzgado de Instrucción 1 de Pontevedra ampliar la imputación contra Sandra M.A., viuda de Manuel Ángel Rivas, que murió apuñalado en 2015 en su casa de Ponte Caldelas a manos del examante de su mujer, Marcos Vidal González. Éste último regentaba una peluquería en Arcade, al lado del negocio de embutidos de la víctima.

El tribunal provincial estima así el recurso presentado por los padres del fallecido y el abogado de la defensa, Diego Reboredo. El único investigado hasta la fecha cambió hace seis meses su versión inicial de que mató a Manuel Ángel Rivas para que "ella sufriera",en alusión a Sandra, para afirmar que fue ella quien le pidió que fuera a hablar con él para "asustarlo" pues quería divorciarse.

La Audiencia considera "precipitada" la oposición de la juez de instrucción y del fiscal al recurso de la familia de la víctima y entiende que hay indicios todavía por investigar, en concreto por qué Sandra avisó al 112 antes de que su examante le comunicara el homicidio y le enviara la foto que hizo con el móvil a la víctima.

El tribunal provincial apunta que "cuestionada la credibilidad" de la viuda y habida cuenta de las "omisiones e inexactitudes que se coligen de sus declaraciones" es necesarios realizar otras diligencias de investigación que permitan "afirmar o descartar con taxatividad la participación de Sandra en el hecho delictivo objeto de la investigación o en cualquier otro relacionado con el mismo".

Así, se dice que la mujer falta a la verdad en hechos como "que había venido manteniendo una doble relación con su esposo y con el investigado sin que puedan resultar creíbles sus afirmaciones del pretendido conocimiento de su esposo de la situación de acoso y amenaza por parte del agresor que ella asegura que padecía por parte de Marcos y que no le diera importancia. Algo en contradicción con las precauciones que al parecer tomaba su marido y que comunicaba a Sandra con un "ok".