La propuesta del PPdeG para conseguir que el Parlamento gallego expresase ayer su apoyo al mantenimiento de la prisión permanente revisable -cuya derogación está en trámite, aunque con retraso, en el Congreso- derivó en un bronco debate que forzaron al presidente de la Cámara, el popular Miguel Santalices, a advertir varias veces con suspender el pleno, a realizar dos llamadas al orden y a corregir, y posteriormente ordenar retirarlas del diario de sesiones, las palabras de la diputada del PP Paula Prado en las que aseguraba que había parlamentarios gallegos que "están al lado de verdugos y terroristas". Por esta declaración, Santalices la amonestó formalmente tras intentar, sin mucho éxito, que matizara o cambiara el sentido de su expresión.

El PP buscaba que los demás partidos reconsideraran su postura, ya que apoyan su derogación en el Congreso, pero no solo no lo consiguió, sino que cosechó duras críticas por lo que la oposición considera un "uso electoral y partidista del sufrimiento y el dolor y una condena a cadena perpetua encubierta. Como era de esperar, al final el Parlamento gallego trasladó su apoyo a la prisión permanente revisable, figura que se implantó en 2015 con Rajoy en Moncloa, pero solo con los votos del PP.

De la defensa de la iniciativa en la Cámara autonómica se encargó Paula Prado, destacando que "ocho de cada diez" españoles apoyan el mantenimiento de esta medida, para la cual familias de víctimas pusieron en marcha una petición de apoyos que cuenta ya con más de dos millones de firmas y entre los que se encuentran los padres de Diana Quer, Mari Luz Cortés o Marta del Castillo. "Hoy les pido que escuchen a la ciudadanía; votantes de todos los colores políticos piden que se mantenga esta pena", aseguró Paula Prado, quien incidió en que esta figura "está orientada a la inserción social y rehabilitación de los delincuentes".

Tras asegurar que la prisión permanente se incluye en ordenamientos jurídicos de otros países de Europa para supuestos de especial gravedad, destacó que está creada para proteger a los ciudadanos. "Es una demanda de la sociedad y seguiremos defendiendo la seguridad de nuestros hijos, madres y niños vulnerables ante depredadores sexuales", declaró.

El portavoz de En Marea, el magistrado en excedencia Luís Villares, consideró que la "única finalidad" de la medida propuesta por el PP es "jugar con el dolor de las víctimas en la búsqueda del beneficio propio, algo absolutamente ruin y execrable".

Además, aseguró que en España la "función represiva está perfectamente cubierta" con penas máximas de hasta 40 años y advirtió de que la prisión permanente revisable "provoca una pérdida absoluta del horizonte vital de libertad" en los reos. "Es un burdo populismo utilizar el dolor ajeno para buscar beneficio propio en la lucha con Ciudadanos para que no le coma espacio", añadió-

La diputada socialista Patricia Vilán argumentó que esta pena es "absolutamente innecesaria" y responde más al "derecho penal del siglo XIX que al del siglo XXI".

Tras ello, mostró su "absoluta repulsa hacia quien, sin ningún pudor, pretende convertir el sufrimiento de las víctimas en una arma política arrojadiza". Vilán recordó que en España se acabó con ETA sin necesidad de la cadena perpetua.

Igualmente, la parlamentaria del Bloque Olalla Rodil también rechazó la "instrumentalización" que, en su opinión, "el Partido Popular hace de un estado de opinión enormemente marcado por los crímenes". "Es comprensible y humano que las familias pidan más dureza en las penas, pero a las fuerzas políticas se nos requiere más razón que emoción", concluyó.

Fue en la réplica de Paula Prado cuando se calentó el debate. Tras las duras críticas recibidas, se preguntó, dirigiéndose a la oposición, a quién se quería beneficiar, si a parricidas como David Oubel o a terroristas, y soltó que había diputados de En Marea y del Bloque haciéndose fotos con terroristas como Arnaldo Otegi. "Están del lado de los verdugos y no de las víctimas", les espetó.

Esta declaración generó una airada protesta y Santalices tuvo que intervenir para poner orden y advertir con suspender el pleno. Le pidió a Prado que matizara su expresión y la diputada del PP solo aceptó a cambiar "verdugos" por "terroristas", lo que no convenció al presidente de la Cámara, que ordenó retirar esas palabras del diario de sesiones por estar fuera de sitio y amonestó formalmente por ello a Paula Prado. También llamó al orden la portavoz del Bloque, Ana Pontón, por protestar enérgicamente por las palabras de la diputada del PP. Al final, Santalices cerró el debate apresuradamente para intentar contener la bronca.

Paula Prado - PP

"Defendemos a hijas, madres y niños vulnerables ante depredadores sexuales"

Luís Villares - En Marea

"Es un burdo populismo usar el dolor ajeno para buscar beneficio propio"

Patricia Vilán - PSOE

"Es una pena absolutamente innecesaria, propia del derecho del siglo XIX"

Olalla Rodil - BNG

"A los partidos políticos se nos requiere más razón que emoción"