El ucraniano Igor V., acusado de matar a un compatriota con el que compartía piso en Nigrán (Pontevedra), Roman S., golpeándole con una plancha en la cabeza, pidió perdón por lo ocurrido, pero insistió en que no fue su "voluntad" matarle sino que él es el que fue amenazado con un cuchillo por el ahora fallecido. El acusado hizo uso del derecho a la última palabra, en la tercera jornada del juicio oral celebrado esta semana en la Audiencia viguesa. La deliberación del jurado se inicia esta mañana.

Igor V., llegando a llorar al final de su alegato, trasladado que siente "muchísimo lo que ha ocurrido", pero ha incidido en que Roman S. fue el que le amenazó a él y el que "entró con un cuchillo en una habitación oscura". "Siento muchísimo que haya fallecido, no fue mi voluntad, no cogí yo el cuchillo para matarle", concluyó. Su abogada pide su absolución al defender que auxilió a su compañero, "porque después de ver que sangraba por la brecha, fue a la cocina a buscar algo para detener la hemorragia". "No hubo nada que buscar --oculto-- o que echase en falta la Policía, contestó a todas las preguntas y gritó pidiendo auxilio a sus compañeros", ha rematado, en cuanto a la actuación del hombre. .

Sin embargo la Fiscalía no ha creído su versión y mantuvo su petición de 15 años de prisión por un delito de homicidio. La fiscal insistió en la culpabilidad de Igor V. y entendió acreditado que, cuando la víctima se encontraba bajo los efectos del alcohol, le causó el golpe mortal y "le dejó desangrándose" sin intentar "salvarle". Además, ha agregado que era consciente de lo que hacía porque "recogió las cosas" -tiró unos trapos a la basura y puso la plancha en la entrada de la casa-.