Una mujer japonesa de 33 años murió congelada en el pequeño cuarto en el que sus padres la mantenían encerrada desde hacía más de 15.

La víctima, Airi Kakimoto, de 33 años, falleció por el frío en su casa de la ciudad de Neyagawa, en la prefectura de Osaka, según reveló su autopsia, en la que también se determinó que la mujer se encontraba en un estado de malnutrición extrema, con apenas 19 kilos de peso para sus 1,45 metros de altura.

Los padres encerraron a su hija en una habitación de tres metros cuadrados sin calefación desde que tenía unos 16 o 17 años porque "padecía una enfermedad mental que le hacía ser violenta" y le daban alimento sólo una vez al día.

La pequeña habitación en la que Airi permaneció confinada más de una década y media fue construida por su padre, según habría reconocido, y contaba con un inodoro improvisado y un tubo conectado a un tanque de agua instalado en el exterior para que pudiera beber. El habitáculo tenía una puerta doble que sólo podía abrirse desde el exterior y una cámara de vigilancia