La Justicia francesa imputa "por homicidio involuntario" a la empresa estatal de ferrocarriles francesa SNCF por el descarrilamiento del tren de alta velocidad (TGV) sucedido el 14 de noviembre de 2015 en el noreste de Francia y en el que murieron once personas y cuarenta resultaron heridas.

Según "Franceinfo", la investigación se debe a sospechas de "impericia, imprudencia, falta de atención, negligencia o falta de una obligación de prudencia y de seguridad conforme establece la ley". Esta imputación llega después de la de Systra, la filial de SNCF encargada de realizar las pruebas en el nuevo tramo de la línea de alta velocidad entre París y Estrasburgo en el que se produjo el siniestro. Según los expertos, el TGV circulaba a una velocidad muy superior a la prevista cuando descarriló y se considera que hubo falta de información y de rigor en las pruebas ya que el personal carecía de formación.