Hace ya 18 años que el vigués Francisco Javier Campos Triñán ingresó en prisión por el asesinato a golpes del pequeño Iván, de apenas dos años y medio de edad e hijo de su compañera sentimental, a quien previamente agredió sexualmente de forma brutal. El hombre había quedado al cuidado del niño en el domicilio que compartían en la calle Torrecedeira de Vigo, pues su madre había asistido a una boda. Condenado a 25 años de prisión por ambos crímenes, pena que se extinguirá el 18 de septiembre de 2024, ha disfrutado ya de sus primeros permisos de salida. Unos beneficios penitenciarios a los que inicialmente se opusieron tanto la Junta de Tratamiento del centro penitenciario de A Lama como la Fiscalía, que apeló el pasado mes de septiembre ante la Audiencia Provincial.

Su abogado defensor ha peleado en los tribunales los beneficios para su cliente al considerar que cumple los requisitos para iniciar los permisos de salida. El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria le otorgó el permiso que la Junta de Tratamiento de A Lama le había denegado en agosto. La Fiscalía recurrió la medida ante la Audiencia de Pontevedra que no pudo resolver por "la orfandad de datos" ya que en el expediente que se les remitió "no consta información alguna sobre este interno? No obra informe social, ni informe del educador, ni psicológico, ni el informe de Pastoral Penitenciaria", según consta en el auto. Así las cosas, la Sección Segunda del tribunal provincial declaró en septiembre la nulidad del primer permiso de salida.

La Fiscalía hizo suyos los argumentos de la Junta de Tratamiento al oponerse a los beneficios penitenciarios del reo. En concreto se apuntaba "falta de suficientes garantías" para hacer buen uso de los permisos; la gravedad de la actividad delictiva; la comisión de un delito "que ha generado gran alarma social" así como la" pluralidad de víctimas especialmente desprotegidas". La Junta de Tratamiento de A Lama hacía referencia en su informe, además, a que Campos Triñán estaba "pendiente de evolución tratamental", y existía "ausencia de motivación hacia el tratamiento y cambio de comportamiento".

El pequeño Iván falleció el 26 de septiembre de 1999 en la UCI del Hospital Xeral a consecuencia de los golpes recibidos. Tres años después la Sección Sexta de la Audiencia con sede en Vigo le condenó a 19 años de prisión, 15 por la agresión sexual y 4 por homicidio imprudente al consideraba que no se había probado que quisiera matar al niño a golpes, si bien el fallo resaltaba que "para satisfacer sus deseos sexuales, y aprovechándose del total desvalimiento del niño, le introdujo por el ano, de forma repetitiva, o su pene o algún objeto". Un año después el Supremo admitía el recurso de la acusación y elevaba la pena a 25 años al considera a Francisco Javier Campos culpable de asesinato. Campos Triñán entró con 32 años en prisión y ha logrado su primer permiso con casi 50.