La joven víctima de la presunta violación en grupo cometida por cinco jóvenes sevillanos autodenominados "la manada" y que están a la espera de la sentencia, aseguró durante su declaración que en ningún momento pensó que pudiera ocurrir lo que le pasó, que sintió tanto miedo que cerró los ojos para no enterarse de nada y que todo pasara lo antes posible, y que no recuerda lo que le obligaron a hacer ni durante cuánto tiempo. Que se sentía vigilada y que todo el mundo la miraba, y que durante tiempo no podía dejar de llorar. También testificó que los denunció "porque habían cometido un delito, porque hicieron algo que yo no quería".

Durante su declaración, publicada por el Diario de Navarra, negó rotundamente que hubiera consentido en mantener relaciones sexuales con los jóvenes y rechazó incluso que hubiera hablado de sexo con ellos, aunque sí admitió que uno de ellos le dio un beso, según la declaración.

La joven declaró a preguntas de la Fiscal que le "sorprendió" la manera en la que la introdujeron en el portal, "no lo entendía", pero "no pensé que iba a suceder lo que sucedió". Luego recuerda la puerta que daba paso al cubículo en el que se cometió la presunta violación. "Fue cuando empecé a sentir más miedo. Me vi rodeada por aquellos cuatro, noté que me quitaban la riñonera, sujetador y me desabrochaban el jersey atado a la cintura. Empecé a sentir más miedo cuando me agarraron de la mandíbula y me acercaron para hacer una felación, y otro me agarraba de la cadera y me bajaba leggins. En ese momento estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido", relató.

La víctima asgura que estuvo "todo el rato de rodillas o semiagachada", y que recuerda que tenía "una mano agarrándome para hacer una felación y otra mano que me presionaba la cadera". Le presionaban la mandíbula y "me tiraban del pelo, de la coleta", añadió.

Insiste en su declaración en que cuando se vio rodeada sintió "miedo, no sabía como reaccionar y reaccioné sometiéndome". "No sé lo que me obligaron a hacer ni cuanto tiempo duro, lo único que quería es que pasara. Sólo cerré los ojos y veía tatuajes en la tripa y en la zona alta de la pelvis"· Y también recordó que uno decía "quillo, quillo, me toca a mí".

Hubo un momento en que se empezaron a marchar "escalonadamente" y ella se quedó allí "desnuda, con camiseta. Me vestí, me puse el jersey y busqué la riñonera. Ahí me di cuenta de que me habían robado el teléfono".

Tras relatar los momentos posteriores, cuando fue encontrada por otra pareja y ya acudió la Policía, la Fiscal pasa a preguntar por los días posteriores, y la joven relata su sentimiento de culpabilidad, pese a insistir en que no consintió en mantener esas relaciones sexuales. "Al llegar a mi casa, a los días, sentía mucha culpabilidad. Pensaba que podía haber hecho más, que les estaba jodiendo la vida a cuatro personas, que era mi culpa lo ocurrido". Y explica que se "podía haber ido, que no tenía que haberse separado de su amigo, ni tampoco hablar con desconocidos. "En mi cabeza estaba todo el rato pensando en esto, e incluso cuando estaba de fiesta me ponía a llorar y no podía parar".