Tercera sesión del juicio por el doble crimen de Arbo y turno para que testificase ante el jurado popular para el máximo responsable de la investigación que desarrolló la Guardia Civil y que acabó con la detención de Arturo Domínguez como supuesto autor de los disparos que acabaron con la vida de su expareja, Beatriz Rodríguez y del novio de esta, Sergio Rodríguez, en la madrugada del 3 de julio de 2015, cuando ambos se encontraban en el asiento trasero de un coche en el monte de A Telleira.

Este capitán de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Pontevedra explicó como se fraguó la detención del acusado a quien en un primer momento llamaron a declarar como testigo. Explicó que durante el interrogatorio a Arturo Domínguez "pronto empezamos a detectar una actitud obsesiva y de control hacia Beatriz", aseguró el agente. Además no mostraba ningún tipo de "nerviosismo" o intranquilidad por lo que le hubiera podido pasar a esta mujer, pese a que reconocía estar muy enamorado de ella. En aquel instante aún no le habían comunicado que habían localizado ya el coche con los dos cadáveres en el interior.

Los agentes detectaron alguna contradicción de Arturo Domínguez sobre el momento en el que había visto por última vez a Beatriz, y se sorprendieron de su negativa a entregar las armas que custodiaba en su domicilio para su examen, así como a realizar la conocida como prueba de la parafina (para detectar posibles restos de pólvora en manos y ropa). Estos hechos llevaron al mando de la Guardia Civil a parar su declaración como testigo y a proceder a su detención, dado que comenzaban a tener indicios de que pudiera haber sido él quien cometió el doble asesinato.

El capitán de la Policía Judicial indicó que pese a la negativa del acusado a desbloquear su teléfono móvil sí se pudo extraer alguna información del terminal como un vídeo de vigilancia que había grabado en las inmediaciones de la vivienda de Beatriz, o alguna conversación con ella en la que le reprochaba que, a pesar de haber amenazado Arturo a Sergio, este "no se asustó". También se pudo recuperar otro audio sobre el control y la vigilancia a la que sometía el acusado a la pareja de novios por parte de gente que él reconocía que contrataba, o en el que amenaza a Beatriz con "quitarle a la niña" si no vuelve con él. Se trata de mensajes que, destacó este agente, el acusado había eliminado de su teléfono.

El capitán de la Guardia Civil también constató las vigilancias de Arturo sobre su expareja y que le llevó a conocer a la perfección los movimientos de la pareja de novios: "Sabía perfectamente la hora de cierre del local, con quien se juntaba después, que itinerario hacía, cuáles eran sus hábitos...", dijo.

Otra de las declaraciones importantes fue la de los forenses que realizaron la autopsia. Ambos situaron la hora de la muerte de la pareja en un arco que va desde las once de la noche y las cuatro de la madrugada. Estos peritos también pudieron reconstruir cómo se produjeron los disparos. Explican que el autor de los hechos se acercó al vehículo de noche cuando los dos novios estaban en el asiento trasero del coche. El primer tiro lo realizó con una escopeta a través de la ventanilla trasera izquierda del vehículo, impactando de lleno en la parte trasera de la cabeza de Beatriz. Los forenses afirman que en ese momento Sergio intentó huir tratando de salir por la puerta del conductor y llegando a abrir la puerta, pero de inmediato recibió un nuevo disparo en la zona del rostro, este a bocajarro, casi a "cañón tocante", que le causó la muerte de inmediato, igual que a Beatriz.

El juicio continuará hoy con más peritos, entre ellos los que realizaron las triangulaciones de los teléfonos móviles del acusado y las víctimas esa trágica madrugada.