Laura Zarcone, la madre del desaparecido en Palermo en 2011, ha asegurado tras ver al joven de 26 años localizado el jueves en Torrejón que este no es su hijo. En declaraciones a Europa Press, la mujer ha dicho que le ha visto y que "no es él". "No es mi hijo", ha recalcado.

Según fuentes policiales, la madre de Marcello Volpe reconoció este jueves como su hijo sin ningún género de dudas al joven encontrado en el municipio madrileño a través de fotografías, donde se distinguía una cicatriz en la mano derecha, por lo que este viernes ha viajado a Madrid.

Sin embargo, al verle en persona la tarde del viernes no ha reconocido al joven de pelo largo, barba y aspecto desaliñado en general que deambulaba descalzo por Torrejón cuando fue localizado como su hijo, por lo que se les han tomado pruebas de AND para cotejarlas y confirmar si es o no.

El joven no habla, solo pronuncia algunas palabras no muy coherentes, y se comunica con gestos, pero no ha trascendido si tiene algún tipo de trastorno.

Tras encontrarlo, los policías le trasladaron hasta comisaría para practicar gestiones de identificación además de prestarle la asistencia médica necesaria.

Tras varias gestiones con asociaciones de desaparecidos, todas ellas con resultado negativo, los agentes lograron saber a través de las unidades policiales de coordinación internacional de la existencia de un joven desaparecido en Palermo en el año 2011 y que podría ser la persona localizada, por lo que contactaron con la madre vía telefónica y le enviaron varias fotografías.

Según la prensa local, Marcello Volpe desapareció la mañana del 12 de julio de 2011, que era el día de su vigésimo cumpleaños, y le dijo a su hermano que iba a un ebanista y volvería en un par de horas.

Cuando desapareció, Marcello Volpe tenía 20 años, medía 1,75 metros y tenía el pelo castaño, según la descripción de los carteles en los que se pedía la colaboración ciudadana para encontrarle.

Los medios de comunicación italianos han seguido informando sobre este caso y en septiembre del pasado año, por ejemplo, daban cuenta de que se le había visto en la ciudad de Forlí, en la región italiana Emilia-Romaña, a 80 kilómetros de Bolonia. Finalmente no pudo comprobarse su presencia allí.

Un año antes, en septiembre de 2015, la familia de Marcello volvió a sentirse esperanzada cuando se comunicó que había sido visto en la zona universitaria de Trento.

Ninguna de las búsquedas por los lugares en los que en estos cinco años alguien ha dicho haberle visto resultó exitosa. Habrá que esperar a que él pueda o quiera contarlo para saber dónde ha estado todos estos años.