Las autoridades portuquesas declararon hoy "extinto" el incendio de Góis, el último foco que fue dominado del gran fuego que arrasó en la última semana el centro del país, informó el comandante de Protección Civil Carlos Tavares. El incendio de Pedrógão Grande, a 40 kilómetros más al sur y en el que se produjeron las 64 víctimas mortales, todavía no ha sido dado como extinto.

Tavares informó a la prensa de que el fuego en Góis fue declarado extinto al mediodía y, a pesar de que ya no hay riesgo de que se produzcan reactivaciones, los medios van a mantenerse en el terreno para efectuar labores de vigilancia. El incendio en Góis, que se inició el pasado sábado y afectó también a los municipios vecinos de Pampilhosa da Serra y Arganil, fue controlado el jueves a primera hora de la mañana.

La tarde del miércoles ya había sido dominado el incendio en el término municipal de Pedrógão Grande, también iniciado el sábado y que causó 64 víctimas mortales. Estos dos incendios dejaron además, en conjunto, más de 250 heridos entre civiles y bomberos.

El presidente luso pide que se aclare "sin miedos" lo sucedido

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, comentó que "ahora que la fase del combate parece estar llegando a su fin y que los pasos para la reconstrucción ya han comenzado, es el momento de, sin límites o miedos, esclarecer lo que pueda haber causado o influenciado tanto lo sucedido como la respuesta dada", señaló en un artículo que firma en la edición de hoy del semanario Expresso.

Rebelo de Sousa aseveró que debe ser aclarado "todo, pero todo" lo ocurrido y pidió "convergencias entre partidos" para esta fase del proceso, así como para terminar las tareas de combate y acelerar la reconstrucción. "Pasó una semana. El presidente hizo todo para crear condiciones a los operativos de combate al fuego en clima de unidad nacional. Entiende que su misión ahora es garantizar que todas las interrogaciones sobre hechos y responsabilidades tengan una respuesta rápida y exhaustiva", concluyó.

Durante los primeros días de la semana, cuando Pedrógão Grande todavía ardía, Rebelo de Sousa insistió en que los esfuerzos debían centrarse entonces en combatir el fuego y apoyar a las víctimas y que después habría "todo el tiempo del mundo" para discutir causas y responsabilidades.