Una tragedia que se veía venir. Un pavoroso incendio destruyó a primera hora de la mañana de ayer una casa situada en la zona marginal de La Landa, en el barrio bilbaíno de Zorroza con el triste balance de cuatro muertos, todos de etnia gitana: una joven de 20 años, de nombre Rocío, nacida en Zaragoza, el marido de la joven, Joaquín Giménez Pinto, de 23 años, vendedor ambulante, y sus dos hijos de dos y tres años. La mujer fue encontrada abrazada a los dos pequeños, los tres completamente carbonizados.En el último momento, cuando las llamas les consumían, trató de protegerlos. Ni la mujer ni los niños ha podido ser identificada por el momento, debido a que está irreconocible. Se hace necesario realizar una prueba de ADN. El marido de la joven fue encontrado, asfixiado, en otra estancia de una vivienda sobre cuyas condiciones de habitabilidad hay ahora serias dudas.

En el incendio, registrado en torno a las seis y media de la mañana -la primera llamada de socorro se produjo a las 6,34 horas-, se produjeron otros veinte heridos, dos de ellos muy graves, los abuelos de los niños fallecidos, que, aparte de fracturas, sufren gravísimas quemaduras: el abuelo en el 30 por ciento del cuerpo; la abuela, en el 60 por ciento. Ambos están ingresados en la unidad de Grandes Quemados de Las Cruces. También fueron ingresados dos niños de unos diez años, dos chicos de 13 y 14, y dos mujeres de 21 y 24, ésta última con fractura lumbar causada por la caída. De las nueve personas que fueron inicialmente ingresadas, tres fueron dadas de alta por la tarde.

Los habitantes de la casa, que estaban durmiendo en el momento en que se produjo el incendio, saltaron por las ventanas, medio desnudos, con lo puesto. Los equipos de emergencia -que tardaron en llegar unos ocho minutos- encontraron una escena dantesca, con vecinos con los huesos de las piernas y los brazos rotos por las caídas, y la piel hecha jirones por el efecto de las llamas. Era tal la intensidad del fuego que los Bomberos municipales no pudieron entrar por la planta baja, de la que salía un denso humo negro, sino por una ventana del primer piso.

Una de las vecinas de la casa aseguró que el fuego se inició en el portal de la vivienda, motivo por el que no pudieron salir a la calle por la planta baja y tuvieron que tirarse por las ventanas. "Nos tuvieron que dejar la ropa, porque salimos desnudos y descalzos", añadió la misma mujer. Los vecinos de este barrio bilbaíno se mostraron muy afectados con la tragedia, aunque también indicaron que se veía venir.

Los residentes de la vivienda había provocado algunos problemas de convivencia, y hace unos meses se les había investigado por tener pinchado de forma ilegal el suministro eléctrico. El cuadro de la luz, sin embargo, estaba en perfecto estado, nuevo, según aseguró el alcalde de Bilbao, JuanMari Aburto, que se personó en la mañana de ayer en el lugar de los hechos. El regidor se mostró consternado.

La Policía Científica de Ertzaintza -la Policía vasca- se ha hecho cargo de las investigaciones, y ha intentado recabar la mayor cantidad de evidencias.No obstante, el edificio ha quedado en tal estado -está a punto de colapsar hacia el interior- que será muy difícil conocer las causas del incendio.