Ya queda menos para que un jurado popular decida en el caso del sexagenario acusado de arrojar desde la ventana de la vivienda a su esposa de 71 años, María José Rodrigues Fernandes, que falleció por el impacto. Antes de morir, la víctima dijo a una policía: "Tiroume meu home". El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo acaba de abrir juicio oral contra el imputado por delito de homicidio y le requiere fianza de 150.000 euros para asegurar el pago de indemnizaciones en caso de condena. El fiscal, como avanzó FARO, le acusa de homicidio, pero estima que concurre la eximente completa de enajenación mental, por lo que pide su ingreso en un psiquiátrico penitenciario durante un máximo de 15 años. La acusación particular aprecia asesinato y solicita prisión permanente revisable.

Alberto V.G. y la víctima estaban casados y vivían en la calle Carrizo de Vigo. Pero por "desavenencias conyugales", según consta en el auto que acaba de dictar la juez, decidieron poner fin a la relación, acordando el 23 de octubre de 2015 que la mujer permanecería en el piso, que era alquilado, hasta que recogiese todos sus enseres.

El crimen ocurrió escasas jornadas después, el día 29 de ese mismo mes. Esa madrugada el acusado mantuvo una "fuerte discusión" con su esposa "en la creencia de que ésta le estaba envenenando". Tras ello, siempre según relata la magistrada, el hombre "la arrastró" desde la puerta de la casa por el salón hasta el cuarto donde estaba el tendedero, desde donde, tras empujarla con "fuerza", logró supuestamente tirarla por la ventana.

La mujer cayó sobre una zona ajardinada y parte de la acera. Al lugar acudieron dos patrullas policiales y, antes de morir, la víctima pudo decir a una policía: "Tiroume meu home". Los agentes se dirigieron de inmediato al piso y encontraron allí al acusado. "Podéis llevarme preso, yo no hice nada, se tiró ella por la ventana", decía el hombre, que agregó: "La culpa es de ella, me quiere perjudicar porque lleva tiempo intentando envenenarme, me podéis hacer un análisis".

Imputabilidad

El informe de imputabilidad del acusado arroja que en el momento del crimen presentaba un trastorno de ideas delirantes persistentes, "teniendo las capacidades cognitivas y volitivas anuladas". En el auto judicial se desvela que un mes y medio antes del crimen -el 12 de septiembre de 2015- Alberto V.G. había sido ingresado por un episodio paranoico en el que ya profería esas "ideas de envenenamiento" por parte de su esposa. Dos días después fue trasladado a una clínica, pero esa jornada la abandonó en compañía de su esposa tras pedir el alta voluntaria.

El trastorno que padece es lo que ha llevado al fiscal a aplicar la eximente total y no pedir su ingreso en prisión. La defensa, que demanda la libre absolución, se opuso a la apertura de juicio y a que fuese juzgado por un tribunal popular debido a la enajenación mental que padece.