La penúltima jornada del juicio por el crimen del farmacéutico ourensano Tomás Milia puso de manifiesto la forma en la que el homicida terminó con la vida del varón. Una de las heridas afectó a la nuez, la otra perforó la yugular profunda y la tercera entró en la zona abdominal. El forense ve factible que el agresor atacara "desde atrás", por la espalda, de modo que las posibilidades de defensa de la víctima serían menores. El forense aseguró ayer al tribunal que la última lesión es "postmortal". Milia ya había muerto cuando el atacante lo acuchilló en el abdomen. "El corazón ya se había parado", concluyó el forense.

Además, también ha quedado corroborada la presencia de sangre con un perfil del acusado y la víctima en los pantalones, unas bermudas, que Alexandru Marius Luca llevaba el día del crimen. Hoy se celebra la última sesión del juicio.