Un muchacho de 17 años, de origen senegalés e identificado mediante las iniciales M. C., falleció ayer por la tarde ahogado en la playa del Orzán al ser arrebatado por una ola cuando trataba de recuperar una pelota junto con los amigos con los que jugaba al fútbol. El accidente ocurrió sobre las 17.50 horas con una situación del mar en calma en la zona del arenal situada frente al ambulatorio San José. La desaparición del joven, del que algunos testigos aseguran que no sabía nadar, puso en marcha una operación de rescate que concluyó a las 19.25 horas cuando los buceadores de los bomberos recuperaron el cuerpo.

Según explicaron sus amigos, compañeros del equipo de fútbol Cristal, se hallaban jugando en la playa cuando la pelota cayó al mar. El concejal de Mobilidade, Daniel Díaz, que se desplazó al lugar de los hechos, detalló que fueron cuatro los jugadores que entraron en el agua, pero que M. C. desapareció al momento, sin que sus compañeros fueran capaces de avistarlo, por lo que dieron la voz de alarma.

El helicóptero Helimer de Salvamento Marítimo, la Cruz Roja del Mar y la Unidad de Rescate Acuático de los bomberos desplegaron una operación de búsqueda en la ensenada que hizo posible la localización del cadáver en el fondo de la playa mediante una cámara. Fue en ese punto donde los buceadores centraron su actividad, hasta que finalmente hallaron el cuerpo y lo extrajeron del agua.

La multitud que se congregó en el paseo marítimo para presenciar el rescate animó a los responsables del dispositivo a trasladar el cadáver por mar hasta el muelle de Oza para que el juez de guardia efectuase allí el reconocimiento y ordenase posteriormente su levantamiento para dar inicio a la investigación sobre las causas del fallecimiento.

Daniel Díaz destacó que el estado del mar era normal, aunque advirtió que en el Orzán "siempre hay que mantener la atención". El accidente ocurrió en la misma zona de la playa en la que en enero de 2012 perecieron ahogados un estudiante eslovaco y los tres policías nacionales que intentaron salvarle.

Aroa Maneiro, de 19 años, y Jessica Novo, de 20, relatan que tenían sus toallas a "muy pocos metros" del grupo de chicos que jugaban al fútbol en la orilla. "Primero fue el chico que se ahogó a coger el balón al agua. No sabía nadar, pero como en la orilla hace pie fue igual", relataron.