La mayoría residía en Vigo, pero A Ramallosa, en Nigrán, fue el lugar que eligieron para imponer su ley. Allí, en el entorno de una discoteca donde cada fin de semana se divierten centenares de jóvenes, habían encontrado el reducto donde intimidar, sembrar el miedo y de paso cometer pequeños robos a golpe de agresiones en grupo. Ante un reguero de más de 80 peleas, riñas multitudinarias, hurtos violentos y episodios de resistencia policial o consumo de drogas en la vía pública, ocurridos todos en esa zona y en un solo año, el 2015, la Guardia Civil tomó cartas en el asunto, empezó a hilar esos altercados y halló el nexo común. Y ese era Los Chukis. Un amplio grupo de jóvenes, presuntamente liderados por dos chicos sudamericanos, que por su proceder, vestimenta, simbología de tatuajes y sus antecedentes buscaban supuestamente imitar el típico modo de actuar de las violentas bandas latinas. Aún más, aspiraban a constituirse como tal. No lo lograron. El operativo del Instituto Armado de febrero de 2016 frenó sus planes. Transcurrido más de un año desde entonces, y con la perspectiva que da todo este tiempo, los investigadores no tienen dudas de que no queda nada de aquella organización. Tras aquello, apenas hubo algunos incidentes aislados. "Actuamos en el momento justo y se les puso fin; algunos están en la cárcel, otros llevan una vida normal y es cierto que los hay aún vinculados a la delincuencia; pero como grupo desaparecieron y a A Ramallosa ya no vienen", resumen fuentes de la Guardia Civil.

Las pesquisas sobre los altercados que se sucedían cerca de esa discoteca de A Ramallosa empezaron en septiembre de 2015. Los vecinos estaban hartos y el alcalde de Nigrán había mostrado su preocupación por la escalada de actos vandálicos. "Cada vez había más peleas y más organizadas", afirman fuentes próximas al caso. Y en el análisis de atestados y denuncias administrativas que Guardia Civil y Policía Local iban sumando fin de semana tras fin de semana se vio un mismo modus operandi y un vínculo entre los identificados. Y se descubrió que quienes estaban tras la gran mayoría de agresiones y robos era un amplio grupo de jóvenes, muchos de ellos originarios de Colombia, Brasil o Bolivia. Si bien residían en Vigo, donde se piensa que empezaron a actuar de forma aislada en lugares como plazas, acabaron eligiendo esa zona de marcha de A Ramallosa como centro de sus actuaciones.

Tanto habían marcado territorio en ese punto de la localidad que incluso acotaron un área de la discoteca para ellos. Además de Nigrán, en algunos de los momentos que se cree que se vieron "presionados" se les detectó en Tui, en otra zona de discotecas con gran concentración de chavales. Los presuntos cabecillas y muchos otros eran originarios de Sudamérica. Pero había también muchos españoles, casi todos de Vigo, que poco a poco se habían ido uniendo a ellos.

Golpe policial

El golpe policial fue a principios de 2016. La operación tuvo que precipitarse para evitar una quedada violenta que había sido convocada a través de las redes sociales. Los Chukis contra chicos de Val Miñor que estaban hartos de sus palizas y robos. El 4 de febrero de ese año se desplegó el operativo. Habría más arrestos en fechas sucesivas. Como balance, la Guardia Civil identificó a más de 40 jóvenes, de entre 16 y más de 30 años, vinculados a un grupo que si bien actuaba de forma organizada -había cabecillas e incluso se sospecha que tenían castas como las más bajas de los chukiños-, no llegaron a constituirse en lo que policialmente se denomina una banda.

"Popularmente se les conoce como la banda de Los Chukis; podemos hablar de que actuaban como un grupo criminal, pero todavía no habían llegado más allá, al nivel de organización que requiere una banda; eso es lo que pretendían y lo que logramos frenar", destacan fuentes del Instituto Armado, que señalan que para la desarticulación de estos pandilleros fue clave la colaboración de la Policía Local de Nigrán, de la discoteca en torno a la cual actuaban y también de la Policía Nacional de Vigo. "Tras aquel operativo, cada vez que detectan a alguno de ellos están atentos; es un gran refuerzo al trabajo que hicimos", afirma la Guardia Civil, que también continúa alerta si advierten la presencia, ya esporádica y de forma individual, de alguno de ellos en la comarca de Val Miñor.