Tras sumar medio millar de incidencias en tres días, concentradas especialmente el viernes y el sábado, la jornada de ayer mostraba una faz más tranquila en Vigo. Pero el trabajo no cesó para los servicios de emergencia. Los bomberos sumaron decenas de alertas. "Fue constante toda la noche", afirman, señalando que a lo largo del día también hubo intervenciones. Sobre todo árboles, en zonas como Matamá, Castelao, la carretera del Cuvi.... También daños en tejados o contenedores desplazados.

Los últimos azotes del carrusel de borrascas se notaron con fuerza de madrugada, con rachas máximas de 86,4 km/h en el puerto -en Cíes de 92,5 km/h-. Con el día llegó la calma, pero no fue sinónimo de descanso para bomberos y Policía Local, que siguieron solventando destrozos del vendaval. En otros concellos del área viguesa la caída de más árboles movilizaron a efectivos en Ponteareas, Porriño, Tui o Gondomar. En esta última localidad varios árboles se desplomaron el sábado en la PO-341 y un eucalipto ayer en el vial que va al campo de fútbol de Chaín.

En Mos fue un día de constante trabajo. Árboles sobre el alumbrado público, postes, un muro en Sanguiñeda... El pabellón Pena de Francia, seriamente dañado al desplomarse dos paredes, fue vallado. Ahora los técnicos deberán evaluarlo.