Las pruebas y testimonios recabados por la Policía Nacional son, destacaba ayer el delegado del Gobierno Santiago Villanueva, la base por la cual la magistrada Paz Filgueira envió a prisión provisional a César Adrio. Con el sospechoso ya en la cárcel, proseguirán las diligencias con prioridades como las de dar con el arma homicida: la sospecha policial, por las características de las heridas que tenía la víctima, es que se usó un cuchillo afilado de hoja flexible tipo jamonero. A continuación se exponen algunas de las claves del caso.

| Una rueda dañada con un punzón. El Seat Ibiza de Ana María Enjamio estaba aparcado ante su edificio de la avenida de Madrid de Vigo. Tenía una rueda pinchada con una marca de punzón. La Policía cree que el presunto asesino pudo haber provocado ese daño ya antes del crimen. "Obsesionado" con la joven que le había dejado tras meses de relación, los investigadores creen que lo que buscaba es que la ingeniera no pudiese usar el turismo para ir a la cena de empresa del pasado viernes y accediese a regresar con él. Según testigos, en esa fiesta le dijo a la chica que la llevaba él a casa, pero ella lo rechazó y volvió con compañeras.

| El primero en irse de la cena de empresa. La Policía recabó testimonios de asistentes a la cena de empresa celebrada en el hotel NH a la que asistieron Ana María y César, ambos ingenieros. Las fuentes consultadas señalan que, tras contestar la joven negativamente a su ofrecimiento de irse con él, el sospechoso fue el primero en marcharse de la celebración. Para los investigadores es un indicio de que habría tenido margen suficiente para incluso cambiarse de ropa antes de ir supuestamente al edificio de la víctima, donde ésta murió apuñalada ante el ascensor tras volver de la cena de aquella noche.

| El arma, posiblemente un cuchillo de hoja afilada y flexible. La búsqueda del arma del crimen aún no dio resultado, pero, por la forma y trayectoria de las heridas que presentaba la fallecida, los investigadores consideran que pudo ser un cuchillo afilado y de hoja flexible. La chica tenía un número bastante superior a las diez puñaladas.

| Un registro domiciliario. El presunto autor del crimen fue trasladado a un registro a la casa donde vivía en Candeán. Allí, se revisaron los cuchillos existentes por si alguno podría ser el supuestamente usado en el asesinato -se investiga este extremo- y ropa del detenido. La que él aportó de esa noche, la que vistió en la cena, no presentaba evidencias ni manchas de sangre. Los agentes investigan si pudo usar otras prendas cuando presuntamente fue al edificio de Ana.

| Teléfonos, huellas y ADN. La investigación de la ruta de los teléfonos móviles de víctima y sospechoso es determinante. También hay análisis en busca de ADN. Por ejemplo, de los restos bajo las uñas de la fallecida o de la ropa recabada.

| Un posible testigo que no vio nada. Cerca del portal del edificio donde fue el crimen, a esa hora, una persona dormía en su coche. Estaba en estado ebrio. Al ser interrogado manifestó que no vio nada.