Si ya los propios implicados aportaban versiones contradictorias de los hechos, nuevas discrepancias se suman al caso con el inicio de las declaraciones de testigos. El Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo acogió ayer las primeras comparecencias en relación al presunto intento de asesinato llevado a cabo por el millonario portugués Carlos Inácio Pinto, de 56 años, a su mujer, de 27, en un céntrico hotel de la ciudad olívica en el pasado mes de mayo.

El origen de la maza con el que supuestamente Carlos Inácio, quien se encuentra en prisión provisional, agredió a su joven esposa dividió a los testigos que declararon en la primera jornada de comparecencias. La defensa del empresario luso aportó a una testigo que afirmó haber visto el día previo a los hechos la maza en posesión de Eliza, la presunta víctima. Tal y como relató el abogado, la testigo narró a la juez que coincidió con el matrimonio en un local de ocio de Samil. En un momento, se dirigió al baño y se encontró con Eliza, quien estaba "ordenando su bolso y portaba la maza en la mano", sostiene el letrado del millonario luso. Sus palabras, según apunta la defensa, "quedan acreditadas al haber fotos que confirman la presencia de la pareja en dicho local de Samil en el momento en el que la ve la testigo". La abogado de la joven modelo defiende la nulidad del relato al comprobar en la sala que "el padre de la testigo se encontraba en A Lama en el momento en el que lo estaba Carlos Inácio Pinto, llegando posiblemente a coincidir en el módulo de enfermería", por lo que apunta que pudo tratarse de un "engaño" planificado entre ambos.

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Esta testigo se enteró del caso a través de la prensa y fue cuando reconoció a la joven. "Se puso en contacto conmigo y yo directamente la remití a comisaría y a los juzgados. Aportó, en su declaración, muchos datos sobre la maza que vio que concuerdan con la del suceso", explicó el letrado del millonario. Sin embargo, sus palabras discreparon con las declaraciones del policía nacional que atendió al empresario luso en la habitación del hotel el día de los hechos. "Este agente declaró que Carlos, infartado ya y en el suelo, le dijo que había comprado la maza la noche anterior en una ferretería", afirma la letrada de la joven Eliza. El huésped de la habitación de al lado también declaró ante la juez pero sus palabras no trascendieron.

Una vez se dieron por concluidas las declaraciones, el abogado defensor de Carlos Inácio Pinto aseguró que "en base a estas comparecencias volveremos a pedir la libertad para él". Las próximas declaraciones están previstas para este 21 de diciembre.