Unanimidad. No hubo discrepancias entre los miembros del jurado a la hora de calificar como asesinato y no como homicidio (como solicitaba la defensa) el crimen cometido por Juan Antonio Lusquiños Bustelo cuando acabó con la vida de Concepción Reguera Peón asestándole 20 puñaladas el 24 de octubre del pasado año en Pontesampaio.

El veredicto al que dio lectura el portavoz del jurado fue claro: culpable de asesinato con alevosía con agravante de parentesco al ser la víctima su expareja. El jurado dio por buenas punto por punto las tesis que sostenía la fiscal especializada en violencia de género, Rosalina Carrera, y descarta aplicarle cualquier atenuante de confesión o de alteración de sus facultades mentales. Así las cosas, el Ministerio Público y la Xunta, que ejercía la acusación popular, mantuvieron su petición de 20 años de prisión y la defensa solicitó la condena mínima que se recoge por asesinato, es decir, 15 años de cárcel.

El jurado considera probado que Juan Antonio Lusquiños, sobre las 3.30 horas del 24 octubre de 2015, se "apostó en las afueras" del domicilio de Concepción "esperando su llegada". Cuando la víctima se presentó en el lugar en su vehículo, el acusado le dijo que quería hablar con ella de tal forma que subió al coche "con el consentimiento" de la mujer. Allí comenzó una discusión y el jurado ve probado que, con el ánimo de acabar con su vida y de "forma sorpresiva y sin que Concepción pudiera reaccionar y defenderse", le asestó las primeras puñaladas con una navaja "muy afilada".

Aún así, la víctima pudo salir del vehículo, yendo el acusado tras ella y clavándole otra vez el arma ya en el exterior del automóvil. El jurado sostiene estas conclusiones en la declaración que realizó el propio acusado y del testigo ocular que pudo presenciar parte del ataque.