La mujer que sufrió presuntamente la noche del pasado lunes en León una violenta agresión por parte de su expareja, quien afirma le echó pegamento y líquidos abrasivos en la vagina, reclamó protección al sentirse "amenazada de muerte". "Me va a matar. Estoy sentenciada. Me dijeron que denunciara para protegerme pero aún así me amenaza y no estoy muerta de momento", declaró a la entrada de los juzgados, donde se sometió a un examen forense.

La víctima de 36 años reclama que el presunto agresor entre en prisión y no salga hasta la celebración del juicio. Esta misma petición fue entendida por el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Ponferrada, que decidió prorrogar ayer la detención del denunciado, que pasó ayer a disposición judicial para seguir practicando diligencias antes de resolver sobre su situación personal.