La Guardia Civil de Pontevedra detuvo a un trabajador municipal de Mos por la presunta autoría de un delito de abusos sexuales sobre una menor de 14 años con la que estaba manteniendo una relación. Fue el padre de la adolescente el que formuló la denuncia que derivó en el arresto de Jesús G.F., de 38 años. Los agentes fueron en su busca en la mañana de ayer a dependencias municipales, donde el hombre no estaba como consecuencia de una baja médica que presentó este mismo martes 11 de octubre. Ante tal situación, los efectivos se desplazaron a su domicilio en la parroquia de Torroso, donde lo arrestaron. El detenido ya fue condenado en 2013 por abusos a una jugadora también menor del equipo de fútbol sala femenino del Concello de Mos al que entrenaba -pena que el año siguiente rebajó la Audiencia de Pontevedra sin que conste si recurrió después al Tribunal Supremo- y tuvo otra sentencia por amenazas y coacciones a su expareja. Tras el arresto de ayer, se prevé que hoy pase a disposición del Juzgado de Instrucción 4 de Vigo, en funciones de guardia.

Fue el progenitor de la adolescente el que formuló la denuncia. El detenido, al parecer, mantenía una relación con la menor, de 14 años, y existirían indicios claros de que tenían encuentros sexuales.

La información aportada en la denuncia y la investigación llevada a cabo por efectivos de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Pontevedra, fue determinante para concluir que esta persona, consciente de la edad de la joven, podría haber mantenido relaciones sexuales con la menor, como así se evidencia en algunas de las pruebas video-gráficas obtenidas en la vía pública en el interior del vehículo que conduce habitualmente el detenido

Estas relaciones, supuestamente, habrían sido consentidas por la joven. En estas circunstancias -no trascendieron más datos sobre el caso-, la supuesta autoría del delito de abusos que se le atribuye sería porque la chica no llega a la edad mínima de consentimiento sexual, que en la actualidad es de 16 años.

A raíz de la detención se procedió al registro de su domicilio en el municipio de Mos, donde la Guardia Civil se incautó de material informático (un ordenador, un disco duro externo, diez DVD´s, dos dispositivos USB de almacenamiento y una video consola), todo ello pendiente de analizar, en busca de otras pruebas indiciarias que evidencien una supuesta actitud pedófila del detenido

Entrenador

Aunque Jesús G.F. fue en su día condenado por abusar de una jugadora a la que entrenaba, su hoja de antecedentes penales está limpia, aseguran fuentes del Concello de Mos, que concretan que se la solicitaron para autorizarle a usar el pabellón deportivo Óscar Pereiro, donde actualmente entrena una hora a la semana al equipo de fútbol femenino cadete ADC Montiño, el que dirigía cuando en 2011 fue detenido a raíz de ese caso que acabó en los juzgados. El hombre era conserje de ese pabellón, pero por aquellos hechos el gobierno municipal lo reasignó al servicio de Vías y Obras, donde sigue a día de hoy realizando tareas de mantenimiento.

Fue hace escasas semanas cuando el detenido entregó el certificado de antecedentes, de ahí que esta temporada solo dirigió dos sesiones de entrenamiento en esas instalaciones municipales. Además, es entrenador de otro equipo de fútbol femenino de adultos.

Dados sus antencedentes, esta no es la primera detención de Jesús G.F. En enero de 2011 fue su arresto a raíz de la denuncia de una menor del equipo de fútbol sala femenino al que entrenaba. Aquello supuso su ingreso en prisión provisional, quedando libre bajo fianza en mayo de ese año. En la vista la Fiscalía solicitaba 7 años de cárcel, pero la sentencia que en 2013 dictó el Juzgado Penal 2 de Pontevedra redujo la condena a dos años y dos meses al considerarlo responsable de abusos a una chica, absolviéndolo en el caso de otras dos. Esta pena fue después rebajada aún más por la Audiencia Provincial de Pontevedra. Los hechos sucedieron la madrugada del 1 de enero de 2010, cuando el hombre llevó a la chica desde el pub en el que se encontraba hasta la casa de ella en coche. En el vehículo ocurrieron los hechos.

Y el detenido también se tuvo que sentar en el banquillo de Penal 1 de Vigo acusado de maltrato a su expareja: él tenía 22 años cuando conoció a la chica, que entonces contaba con14. Un año después tuvieron un hijo. Cuando se celebró la vista, en 2012, él tenía 33 años y ella 25. La magistrada le impuso un año y medio de cárcel al considerarle responsable de maltrato de obra, amenazas y coacciones a la víctima. Pero también en esta ocasión la Audiencia pontevedresa, tras el recurso presentado por el condenado, redujo la pena, en este caso a un año de cárcel, al estimar que el delito de maltrato ya había prescrito. Lo que sí mantuvo fue la pena por las amenazas y las coacciones.