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El dueño del almacén clandestino de carne en Vigo afronta hasta cuatro años de cárcel

El Código Penal castiga los delitos contra la salud pública relacionada con los alimentos con penas de entre uno a cuatro años e inhabilitación para el oficio de seis a diez años

El propietario del almacén clandestino de productos cárnicos precintado por la Guardia Civil en Vigo al hallarse en él género en deficiente estado higiénico-sanitario podría enfrentarse a una pena de hasta 4 años de prisión por un delito contra la salud pública.

Según recoge el artículo 363 del Código Penal, se castiga a todo aquel que produzca, adultere, distribuya o comercialice cualquier tipo de alimento que pueda suponer un peligro para quien lo consuma, con "pena de prisión de uno a cuatro años, multa de seis a doce meses e inhabilitación especial para profesión, oficio, industria o comercio por tiempo de tres a seis años". Al tratarse uno de los detenidos del único responsable del almacén y por lo tanto ser el dueño y propietario del negocio, la pena de inhabilitación podría incrementarse hasta los 10 años.

Tal y como se desprende de dicho artículo, se considerará autor de un delito contra la salud pública quien "ofrezca en el mercado productos alimentarios con omisión o alteración de los requisitos establecidos en las leyes o reglamentos sobre caducidad o composición" o "trafique con géneros corrompidos"

Además de un delito contra la salud pública, el varón también incurrió en otro de receptación por abastecerse de carne sustraída en otra empresa del sector. Este delito también se encuentra tipificado en el Código Penal y su ejecución acarrea una pena de prisión de seis meses a dos años, tal y como confirmaron a FARO varios letrados.

Según puntualizaron, las penas variarían en función de la cantidad precintada, en este caso son un total de 1.000 kilos, la situación higiénica y controles de la misma y si existió o hay conocimiento de algún caso de intoxicación tras el consumo de estos productos.

Los restaurantes y locales que recibieron y comercializaron este género cárnico, entre ellos algunas fruterías, se exponen también a una infracción administrativa. Por el momento solo hay una veintena identificada, sin embargo se sospecha que son bastantes más los establecimientos que se abastecieron de este almacén, por lo que según informaron desde el gabinete de prensa de Consellería de Sanidade, se prosigue con la investigación.

Por su parte, el otro detenido, empleado de otra firma cárnica, fue arrestado por robar el género de dicha empresa y suministrársela al propietario del almacén clandestino, situado en Camiño Figueirido, en el barrio vigués de Coia. Por el momento se desconoce con exactitud cuánto tiempo llevaban comercializando los dos apresados con estos productos cárnicos. Se confirmó que al menos durante un año venían desarrollando esta actividad, pero los agentes no descartan que se trate de más tiempo.

La investigación llevada a cabo por agentes del grupo de Policía Ju-dicial de Tui arrancó en mayo, precisamente a raíz de la detención del trabajador de una empresa del sector cárnico de Porriño acusado de delito continuado de hurto. Las pesquisas realizadas por los agentes para conocer el destino de la carne que ese hombre sustraía en la firma de la que era empleado fueron las que llevaron a localizar en Vigo un almacén clandestino dedicado a elaborar y vender productos cárnicos que después se distribuían a minoristas y restaurantes de Vigo y de su área metropolitana.

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