José Antonio Puentes Veiga, uno de los cinco ocupantes del vehículo siniestrado la mañana del domingo en Gondomar, falleció ayer a primera hora de la tarde en la UCI del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. El joven, vecino de la parroquia de Vilaza de 25 años, perdió la vida a causa de las fuertes contusiones sufridas en el brutal accidente, que lo mantenían en estado crítico desde hace tres días.

Sus restos serán incinerados hoy en la intimidad familiar, después del funeral que está previsto en la iglesia parroquial de Santa María de Vilaza a las 19.00 horas. La comitiva fúnebre partirá un cuarto de hora antes del Tanatorio del Miñor, donde se desarrolla el velatorio desde la primera hora de hoy.

La fatal noticia se producía tan solo tres días después del aparatoso accidente de tráfico que causó heridas de diversa consideración a cinco jóvenes, todos del municipio gondomareño. El coche en el que se desplazaban hacia sus domicilios tras una noche de diversión se salió de la vía y colisionó al menos dos veces contra bloques de granito en ambos márgenes de la calzada. El vehículo, un Mercedes AMG, recorrió unos 300 metros en zigzag sin control hasta que fue a parar al centro de la calzada, la PO-340, en pleno centro urbano, en las inmediaciones de la estación de servicio de Mañufe. El fallecido viajaba en el centro del asiento trasero y resultó el peor parado de los cinco. Continúan ingresados en estado grave su pareja, María Teresa Otero Clemente -natural de Borreiros de 29 años-, que iba en el asiento del copiloto, y el conductor, Brais V.N., vecinos de Vincios de 24 años. Los otros dos ocupantes fueron dados de alta el lunes.

Investigación

Las causas del siniestro se encuentran en plena investigación. La Guardia Civil atribuye al piloto un delito contra la seguridad vial tras las primeras pesquisas. La prueba de alcoholemia que se le practicó tras lo ocurrido arrojó un resultado de 0,36 milígramos por litro de aire espirado, tasa que supera el máximo permitido, de 0,25 milígramos.

El nivel de alcohol detectado en el joven no supondría la comisión de un delito en sí mismo, aunque en este caso concurren otras circunstancias que sí llevarían a imputárselo,como es el hecho de que se haya visto envuelto en un accidente por probable exceso de velocidad.

Aunque todavía se desconoce a cuánto circulaba el vehículo, todo apunta a que lo hacía muy por encima del límite establecido en la vía, de 50 kilómetros por hora, por tratarse de una travesía urbana. Habrá que esperar a los análisis de la frenada del automóvil, el rozamiento o la deformación para determinar con exactitud ese dato.