Simular estar muerta le salvó la vida a una joven a la que su novio de 24 años acuchilló una y otra vez en la garganta, el cuello y la cabeza. La víctima declaró que hasta ese día su pareja nunca le había hecho daño. De hecho, en el auto que cierra la instrucción de este caso ocurrido en 2015 en Boqueixón el juez concluye que el procesado sufrió un brote psicótico durante la madrugada del 20 de junio de 2015, cuando se disponía a dormir junto a su novia.

El imputado por un delito de asesinato en grado de tentativa escondió el arma y esperó a que se durmiese. En cuanto tuvo la certeza de que la joven descansaba, le clavó un arma blanca en el cuello, al tiempo que le tapaba la nariz y la boca para impedir que gritase. Después, la agarró del pelo y la llevó arrastras hasta la cocina, donde le incrustó unas tijeras en el cuello, la garganta y la cabeza. En una ocasión, cuando estaba "totalmente indefensa tumbada en el suelo", le clavó la tijera en la nuca y le dio golpes con el pie para conseguir que la incisión fuese más profunda. Solo cuando la joven fingió estar muerta dejó de acuchillarla y se fue al dormitorio.

"La mera descripción de tal lesión, el alcance y la gravedad, así como la persistencia y ensañamiento desplegado por el agresor, nos permiten racionalmente inferir que su intención no era solo la de lesionar, sino la de acabar con la vida de la víctima", subraya el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago en el auto con el que concluye la investigación y traslada el sumario del caso a la Audiencia Provincial, donde se celebrará el juicio.

El imputado por el intento de asesinato no será condenado a penas de prisión. Al menos así se desprende del auto, en el que consta que cuando cometió los hechos, el 20 de junio de 2015, sufrió un brote psicótico.