"Empezó a acelerar y le dijimos que a dónde iba, que parase. ¿Qué haces, estás loco?, le repetimos". María Teresa Otero Clemente, la joven que viajaba en el asiento del copiloto, recuerda nítidamente los momentos previos al brutal accidente en el que cinco jóvenes de entre 24 y 30 años del municipio de Gondomar sufrieron heridas de diversa consideración la madrugada del domingo. Su memoria ha borrado los instantes en que el vehículo recorrió 300 metros a tumbos sin control por el centro de la villa, pero no el antes y el después. Ayer relató lo ocurrido desde la UCI del Hospital Álvaro Cunqueiro, donde también continúan ingresados su novio, José Antonio Puentes Veiga, que iba en el centro del asiento de atrás y continúa en estado crítico, y el conductor, Brais V.N., aún grave. Los otros dos amigos que ocupaban la parte trasera del Mercedes AMG han sido dados de alta y prefieren mantener silencio.

La noche había comenzado con una cena en el local de la comisión de fiestas de Vilaza, en la que participaron Teresa, su pareja y los otros dos ocupantes que ya se encuentran en sus casas. Allí coincidieron con el piloto, amigo de uno de ellos, y decidieron ir con él hasta A Ramallosa para tomar algo. Al salir del local, volvieron a subirse a su coche. "Pensábamos que no había bebido, alguien se lo preguntó", explica la chica. Se dirigían a una panadería del centro de Gondomar para comprar el desayuno antes de regresar a sus domicilios para descansar. "Íbamos por empanadillas, como hemos hecho otras muchas veces", señala.

Y fue en ese trayecto cuando ocurrió todo. "Vi que la aguja del cuentakilómetros subía muy rápido y me agarré fuerte al cinturón. Tenía mucho miedo", dice.

En cuanto el coche impactó por primera vez, Teresa perdió la consciencia. "Sentí el primer golpazo y cuando me desperté, vi un hueco abierto y salí. Pero me caí. El cuerpo me falló y no podía andar", cuenta. Enseguida fue atendida por los servicios de emergencia, que la trasladaron en ambulancia al hospital Álvaro Cunqueiro.

Todavía en la UCI y pendiente de una intervención quirúrgica a la que se someterá hoy mismo, Teresa asegura encontrarse "mal". Tiene varias vértebras afectadas y ha sufrido fuertes contusiones en al abdomen. Aunque aturdida por el estado de shock en el que se encuentra, insiste que la velocidad era elevada en el momento en que el turismo se salió de la vía y colisionó contra unos bloques de granito.

La puerta que ella misma había cerrado cuando entró en el habitáculo se había quedado por el camino, al igual que otros componentes, como el motor, que fue a parar a una finca próxima. El coche chocó al menos dos veces contra piedras a uno y otro lado de la calzada y se detuvo en medio de la misma, en las inmediaciones de la estación de servicio de Mañufe.

La Guardia Civil investiga las causas del siniestro. La principal hipótesis se centra en el exceso de velocidad y fuentes consultadas confirman que el conductor dio positivo en la prueba de alcoholemia. El vial escenario del accidente está limitado a 50 kilómetros por hora por tratarse de una travesía urbana.