Tragedia en la localidad coruñesa de Arzúa. Una mujer de 46 años de edad que arrastra una enfermedad psiquiátrica desde hace años fue detenida acusada de matar a puñaladas bajo los efectos de un brote psicótico a un matrimonio de ancianos que eran parientes suyos, así como de herir también con un arma blanca a su suegro. Las víctimas mortales, una mujer de 84 años y un hombre de 98, fueron sorprendidas por la supuesta agresora durmiendo en su dormitorio y presentaban numerosas cuchilladas por todo el cuerpo. El herido, de 79 años, tenía cortes leves en cara y cuello, así como hematomas por golpes, y fue evacuado en una ambulancia del 061 al servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, mismo centro sanitario donde al cierre de esta edición permanecía ingresada la arrestada, en su caso en la Unidad de Psiquiatría. Esta mujer, casada y con dos hijos, ya había protagonizado hace años una fuga de varios días que mantuvo en vilo a las fuerzas de seguridad y a los vecinos. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación.

Los hechos ocurrieron la madrugada del martes para el miércoles en la parroquia de Figueroa. La primera alerta que se recibió fue la de una agresión en un domicilio por parte de la ahora detenida, M.M.S.R., que sufre una enfermedad psiquiátrica, a su suegro, E.C.I., de 79 años. Fuentes de la Benemérita señalaron que el ataque fue fruto de un brote psicótico padecido por la mujer. El septuagenario resultó con lesiones leves por arma blanca en su rostro y en el cuello y presentaba también marcas de golpes, motivo por el cual fue trasladado al hospital para su evaluación -horas después recibió el alta-. Ya de madrugada se decidió llevar a la supuesta agresora también a ese mismo centro, donde quedó ingresada en Psiquiatría.

No sería hasta horas después, en la mañana de ayer, cuando se descubrieron los cadáveres del matrimonio de ancianos en una casa a pocos metros de la otra vivienda: ambas están aisladas de otras en un área boscosa. El hallazgo de los cuerpos se produjo después de que un familiar avisase de que había sangre en el pomo de la puerta de acceso. Los agentes de la Guardia Civil trasladados al lugar encontraron a los fallecidos. El doble crimen, señalaron fuentes oficiales, se atribuye también a la detenida.

La pareja yacía sin vida en la cama de su dormitorio. Todo apunta a que fueron sorprendidos durmiendo lo que, junto a sus problemas de movilidad por su avanzada edad, provocó que tuviesen nulas posibilidades de defensa. Las fuentes consultadas indican que los ancianos presentaban numerosas puñaladas por todo el cuerpo. Varias fuentes señalan que las víctimas eran tíos del marido de la arrestada. Otras indican que eran padrinos de esta mujer.

La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de las indagaciones. También se personaron agentes de la Científica para inspeccionar los lugares de las agresiones y recoger pistas para la investigación. Asimismo acudió la comisión judicial para proceder al levantamiento de los cadáveres.

Lo sucedido causó conmoción en Arzúa. Un vecino decía que aunque sabían que la detenida sufre problemas psiquiátricos desde hace más de una década, con "depresiones" recurrentes y "ataques" en los que huía de su domicilio, nunca se había mostrado violenta. Este hombre recordaba que hace años la mujer protagonizó una fuga que terminó tras días de intensa búsqueda, cuando fue localizada escondida en una vivienda antigua dentro de la misma finca. Los residentes señalaban que la detenida estaba muy afectada por el fallecimiento de su suegra, que se suicidó hace dos años, y las secuelas que su marido arrastraba a raíz de un reciente accidente de tractor. Una allegada afirmaba que cree que a la mujer "no la curaron en condiciones" del padecimiento psiquiátrico que sufre. "Ella les quería mucho [al matrimonio asesinado] y los cuidaba; algo muy gordo le tuvo que pasar por la cabeza para hacer una cosa así", se lamentaba en declaraciones a la TVG.