Veinte años de prisión por un delito de asesinato con alevosía. Esta es la pena que solicita la fiscal especializada en violencia de género de Pontevedra para José Antonio Lusquiños Bustelo, presunto autor del conocido como crimen de Pontesampaio. Este hombre ya habría reconocido en el juzgado de Instrucción cuando prestó declaración que él habría sido el autor de la muerte de la que fuera su novia, Concepción Reguera Peón, en octubre del pasado año.

La Fiscalía solicita además que se le imponga la prohibición de acudir al término municipal de Pontevedra y especialmente a la parroquia de Pontesampaio y al lugar de Acevedo, donde reside la familia de la víctima, por espacio de 25 años. Unas penas a la que habría que sumar una multa de un mes a una cuota diaria de seis euros por un delito de hurto de uso de vehículo.

En sus conclusiones provisionales, la fiscal de violencia sobre la mujer recuerda que el acusado mantuvo una relación sentimental con la víctima a la que ella puso fin en agosto de 2015, una ruptura que el acusado, refiere, "no aceptó de buen grado". Añade que cerca de las tres y media de la madrugada del 24 de octubre de 2015 el procesado por este crimen esperó a su expareja en las inmediaciones de su domicilio en la Rúa da Ponte, en Pontesampaio, y cuando la mujer llegó al lugar conduciendo su vehículo él le dijo que quería hablar con ella, subiéndose al coche "con su consentimiento".

No obstante, una vez en el interior del automóvil el Ministerio Público cree que se inició una discusión entre ellos y, durante la misma, "de repente y de forma inesperada" el acusado atacó a Concepción Reguera con un arma blanca que llevaba consigo y que tenía una longitud mínima de hoja de ocho centímetros, hiriéndola.

La Fiscalía añade que, cuando la mujer logró salir del vehículo, "el acusado le volvió a clavar el arma varias veces". Según el Ministerio Público, la víctima recibió una veintena de heridas de arma blanca, tres de ellas de una gravedad suficiente como para causarle la muerte de forma inmediata.

Señala por último la acusación que el presunto asesino, al escuchar los gritos de un vecino, se apoderó del vehículo que tenía todavía las llaves puestas y huyó del lugar hasta que se vio atascado en un pequeño camino dejando abandonado el coche en medio del monte, en donde fue recuperado a la mañana siguiente.

El hombre fue detenido esa misma mañana e ingresó en prisión tras declarar en el juzgado de Instrucción que se hizo cargo del caso. Permanece en un centro penitenciario a la espera del juicio, que podría celebrarse a la vuelta del verano puesto que el asunto ya está en manos de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. El tribunal deberá seleccionar a un jurado popular.

La Fiscalía pide indemnizaciones de 60.000 euros para los padres de la fallecida y de 20.000 para los hermanos.