Un caso de violencia contra la mujer en Vigo dejó heridos a los dos policías nacionales que acudieron a auxiliar a la víctima en la zona de Gregorio Espino el martes, si bien consiguieron detener al hombre que pasó la noche en los calabozos de la comisaría a la espera de su comparecencia judicial.

Una mujer alertó a la central policial del 091 a primeras horas de la mañana de que su expareja había incumplido la orden de alejamiento, estaba en su piso e insultaba y agredía a su nuevo novio. Una patrulla que se encontraba en las inmediaciones acudió de inmediato al domicilio. Tras comprobar que al orden estaba en vigor, trataron de detener al presunto agresor, éste se resistió, se enfrentó a los agentes y huyó escaleras abajo.

Los dos policías le perseguían a la carrera y, posiblemente para conseguir ganar distancia, el hombre les cerró la puerta de cristal del portal prácticamente en la cara. Uno de los agentes no tuvo tiempo de frenar y la cristalera se le vino encima, sufriendo numeroso cortes en ambos antebrazos. Su compañero, herido en hombro, siguió corriendo detrás del hombre que continuó su fuga por varias calles sin hacer caso de las órdenes de alto. Finalmente el agente logró interceptarle y detenerle en la plaza de Las Palmeras.

Los dos policías, uno con ambos antebrazos vendados y el otro con un brazo en cabestrillo, acudieron ayer por la mañana a prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 5, en funciones de guardia, mientras que la mujer que denunció lo hacía en el de Violencia sobre la Mujer, que se hará cargo del presunto delito de quebrantamiento de la orden de alejamiento, mientras que la investigación sobre la existencia del posible delito de desobediencia o atentado a las fuerzas de seguridad corresponderá al juzgado de Instrucción al no considerarse delitos sobre la mujer.

La versión de la víctima de maltrato que pidió auxilio policial, relata que sobre las 8 de la mañana del martes aporrearon la puerta de su domicilio y abrió. Era su expareja que, visiblemente alterado y pese a tener en vigor una orden que le impide aproximarse o comunicarse con ella por cualquier medio, se metió en el interior de la vivienda.

Allí se encontraba también el nuevo compañero sentimental de la mujer, con quien el presunto agresor comenzó una fuerte discusión. La trifulca entre ambos hombres subió de tono y, según el relato de la denunciante, su expareja comenzó a golpear a su nuevo compañero sentimental, por lo que decidió alertar a la comisaría. Llamó por teléfono y solicitó auxilio inmediato. La central pasó el aviso, al tratarse de una emergencia, a los coches que se encontraban de patrulla por las proximidades. Al ver a los dos agentes, el presunto agresor emprendió la fuga y aunque fue detenido por ellos, ambos policías tendrán que pasar varias semanas de baja a tenor de las lesiones sufridas.