Dos años de prisión, cuatro de alejamiento de la víctima, a la que no podrá acercarse a menos de 400 metros ni comunicarse con ella, así como el pago de las costas judiciales. Esta es la condena que solicita la Fiscalía para un hombre juzgado ayer en Vigo por un presunto delito de maltrato físico y psíquico habitual a la que fue su mujer.

El matrimonio apenas duró un año aunque ambos tuvieron un hijo en común. Precisamente el fiscal le acusa de golpear y empujar a su mujer contra la cama cuando estaba embarazada. El relato de la acusación pública incide en que entre 2011 y 2012, fecha en que tuvo lugar la convivencia de la pareja en el domicilio familiar de Mondariz, el acusado "actuando con ánimo de menoscabar la integridad física y psíquica de la víctima", la golpeó con patadas en la zona abdominal, lo que provocó que se cayese sobre unas piedras.

Los malos tratos, según el fiscal, empezaron nada más casarse y cuando se quedó embarazada, para impedir que se marchara del domicilio, "la dejaba dentro del mismo cuando él se iba, llevándose las llaves y el coche, de tal manera que hasta que él regresara ella no podría abandonarlo".

En otra ocasión, según el relato de los hechos, cuando daba de mamar al niño "el acusado la agarró del cuello" y una hija de la mujer tuvo que intervenir para que concluyera "la agresión".

Una vez que la mujer le comunicó su voluntad de separarse, llegaron fuertes amenazas. Así, para amedrentarla le decía "en cualquier momento vas a desaparecer, tes vas a convertir en carne picada o en pienso para animales", resultando que el padre del acusado trabajaba en un matadero luso. Además de amenazar con tirarla por la ventana, el fiscal sostiene que el acusado le repetía que se iba a llevar al menor a Portugal y que no volvería a verlo.