Un agente de la Guardia Civil falleció en Pontevedra cuando se dirigía a la Comandancia. El fallecido, identificado como J. A. P., tenía 55 años y todo apunta a que sufrió un infarto cuando caminaba por la acera. Según fuentes de la Guardia Civil, se desplomó sobre la acera a las puertas del cuartel y no se pudo hacer nada por su vida. Su fallecimiento causó honda consternación entre sus compañeros, tanto por la sorpresa del suceso como por el lugar donde se produjo.