José Carlos M. M., un portugués de 33 años, está acusado de intentar asesinar con una azada a la mujer que fue su pareja sentimental durante casi un lustro y con la que tiene una hija menor. Ambos convivían en Verín, aunque los hechos ocurrieron en Portugal, por lo que el juicio se celebrará en la Audiencia de Ourense. La mujer acudió herida al hospital de Verín, que puso en marcha el protocolo de malos tratos. El fiscal solicita 15 años de prisión para el hombre de golpear brutalmente con una azada a su mujer después de criticara que él diera un portazo.

La Fiscalía sostiene que el maltrato era habitual y que el acusado ya habría intentado que la víctima bebiera veneno. Así, sostiene que durante el último año y medio de relación la sometió a malos tratos físicos y psicológicos, golpeándola delante de sus hijos menores -tres no son del encausado-.

El juicio se celebrará el próximo mes y la acusación particular se adhiere a los 15 años de prisión que pide la Fiscalía por dos delitos: tentativa de asesinato y malos tratos habituales. Además, el acusado reincidente pues fue condenado a 2 años de prisión por un delito de lesiones en 2014 del que fue víctima una pareja anterior.

Los presuntos malos tratos a la víctima de este procedimiento eran habituales, un calvario, según la versión que defiende la Fiscalía. Agresiones físicas y psicológicas, como puñetazos en un ojo y en la cara, que hicieron que le estallara un diente; así como insultos y menosprecios. Presuntamente, amenazó con matarla y arrojarla a un pozo. Además, esgrime el ministerio público, el portugués mantenía un control constante sobre la vida de su pareja, con continuas llamadas.

El 30 de noviembre de 2014, según la narración de hechos del Ministerio Público, el acusado convenció a su pareja para que se subiera en el coche junto a sus hijos menores, con el pretexto de que en Portugal podrían hablar. La mujer intentó bajarse del vehículo, pero él la agarró fuertemente.

Llegados al domicilio que tenían en la localidad lusa de Boticas -a unos 50 kilómetros de Verín-, el hombre golpeó fuertemente una puerta y la mujer se lo recriminó. Entonces, según el fiscal, cogió una azada asegurando que iba a matarla. Ella, temiendo por los niños, los apartó. La pilló de espaldas y "con intención de acabar con su vida", según la acusación, le propinó varios golpes. La víctima se metió bajo la mesa de la cocina y él se negó a llevarla al hospital, pese a que sangraba abundantemente, hasta que le prometió que no lo denunciaría.