Arantxa Amoedo, la viguesa de 27 años acusada de asesinar a su novio Jordi Burón de una cuchillada en el corazón mientras dormía en el chalé que compartían en Arinaga, Gran Canaria, confesó a la Guardia Civil de forma espontánea al ser detenida de forma espontánea tras el hallazgo del cadáver, que lo había matado durante una pelea porque él había intentado forzarla sexualmente. Así lo manifestaron ayer varios agentes en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Las Palmas contra la joven con presunta autora del crimen y contra su amante, Tania Díaz, como supuesta encubridora. El agente que localizó el cadáver en un cuarto de baño del garaje situado en el sótano de la vivienda manifestó que la procesada hizo su confesión de forma espontánea y tras leerle sus derechos, una vez fue detenida. Arantxa le dijo también que había bajado a la cocina a por un cuchillo para defenderse y que estaba en el cesto de la ropa sucia, donde fue recuperado el 13 de julio, de 2013.

Frente al silencio que guardó la víspera, al negarse a responder cualquier pregunta, la colaboración de Arantxa resultó en su día fundamental para esclarecer el crimen. La joven viguesa envió varios mensajes a su hermana, que estaba en Vigo, y después, por teléfono, le comentó que había hecho algo "muy gordo que no tiene solución". Después habló con ella su padre, quien alertó a la Policía de que su hija tenía problemas mentales, llevaba días sin tomarse la medicación y le había dicho que había hecho algo "grave" . De inmediato su progenitor emprendió viaje a Canarias con su otra hija. Varios agentes los recogieron en el aeropuerto y se trasladaron al chalé de Arinaga.

Los padres de la joven viguesa optaron ayer por no declarar en la vista oral, pero la inspectora que se trasladó al aeropuerto, relató ayer ante el tribunal del jurado que juzga el caso que el padre de Arantxa le comunicó que "se habían cumplido todos los presagios" y que su hija le contó a él y a su hermana lo sucedido, por lo que fueron los tres en su coche policial hasta la casa de Arinaga, donde la acusada, prestó "total colaboración".

Una vez allí, ya se hizo cargo de las diligencias la Guardia Civil. Según el guardia al que la procesada confesó los hechos, Arantxa le reveló lo ocurrido cuando entraron por segunda vez a la casa para buscar la medicación que precisaba y que llevaba varios días sin tomar, según le explicó su hermana.

Varios agentes señalaron ayer que el olor en la vivienda era a "carne podrida" y que por la casa había media docena de ambientadores. El cadáver estaba en el baño del garaje, envuelto en plásticos y sábanas. La acusación particular sostiene que el crimen se cometió veinte días antes,

La Guardia Civil localizó a la otra acusada, Tania Díaz, al día siguiente del arresto de Arantxa. Por la cantidad de datos que facilitó sobre su amiga, con la que mantenía relaciones sexuales, se pensó que estaba implicada y se averiguó que al menos había estado en la casa en tres ocasiones desde la muerte de Jordi. Durante la investigación se localizó a una prostituta que declaró haber sido contratada por la joven viguesa para realizar tríos con ella y con el fallecido por lo que cobró 150 euros. Esta mujer contó que fue la joven quien la llevó a la casa y la que "dirigía el tema", así como que había pasado "miedo" por su actitud . Un agente declaró ante el tribunal ayer que en el mes de mayo Arantxa se había anunciado en la red social de contactos Badoo ofreciendo sexo y una relación a cambio de que la mantuvieran económicamente. En cuanto a la relación entre Arantxa . y el fallecido, averiguaron que ella era "muy fría" y él le solicitaba cariño, que había discusiones por parte de ella principalmente y la acusada mantenía relaciones sexuales con otras personas, además de que vivían muy por encima de sus posibilidades.