La camarera de 43 años que murió tras recibir varias puñaladas en un bar de Ferrol el pasado mes de abril falleció desangrada, según informó ayer el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva. "Las investigaciones por parte de la policía llevaron al sospechoso a prisión. Si hay alguna prueba más que pueda aportar la policía se entregará en el juzgado, ahora lo que toca son decisiones judiciales", incidió Villanueva. El único sospechoso, propietario de un bar próximo al que se cometió el crimen, está en prisión provisional por presunto delito de homicidio.