Eran las nueve de la mañana y decenas de trabajadores se agrupaban en el portalón de Fandicosta, en Domaio, para ver lo que había quedado de la nave frigorífica y de elaborado de pescado tras el incendio del día anterior y empezar a recibir noticias sobre su futuro laboral. "Son escombros", aseguraban desesperanzados, mientras fuentes de la empresa cifraban entre 14 y 18 millones de euros los daños sólo en la maquinaria destrozada por las llamas, al margen de las 9.000 toneladas de mercancia destruida y los 30-40 millones en que están valoradas las instalaciones.

Los bomberos del parque comarcal de O Morrazo trabajaban abajo, junto al mar, en la nave destruida por el fuego, en el control de los últimos focos del incendio que todavía provocaban alguna columna de humo. Cerca del mediodía se sumaba también un retén de Porriño con el furgón NBQ (Nuclear Bactereológico Químico) para analizar posibles escapes del amoníaco tóxico que contienen los dos frigoríficos quemados y llegaban dos máquinas retroexcavadoras para empezar a retirar las planchas de la pared de la nave. Hoy está previsto que una empresa de gestión de residuos acuda a la planta para evacuar los tanques de amoníaco en un camión cisterna. Por el momento se desconocen las causas del incendio a la espera de que la Policía Judicial inspeccione la nave. Posiblemente se realice el jueves, una vez que esté asegurada la nave tras la retirada del amoníaco. El jefe del Parque de O Morrazo, Jesús Mariño, aseguraba que en la jornada de ayer se taponaron válvulas de tuberías de amoníaco, pero la situación noera peligrosa y lo úncio que se sentía era un picor en la garganta.

Los bomberos trabajaron también ayer con una máquina oxicorte abriendo huecos en la pared y, por momentos, la entrada de aire parecía que avivaba un incendio que, sin embargo, ya estaba controlado y que quedó extinguido a las siete de la tarde, 24 horas después, según confirmaba la Axencia Galega de Emerxencias (AXEGA) que retiró a lo largo de la jornada su Grupo de Apoyo Logístico.

El presidente de Fandicosta, Ángel Martínez, volvía también a la planta, acompañado en todo momento por el abogado y secretario del consejo de administración, Julio Piorno. En varias ocasiones, el empresario se emocionó y con él algunos de los trabajadores como el gerente de la cafetería de la factoría, Manuel Luisquiños, natural de Soutomaior y de 57 años: "Dejé toda mi vida ahí, todos mis ahorros", aseguraba con el pañuelo en los ojos.

Mientras que el presidente de Fandicosta lanzaba el mensaje de que la planta se iba a recuperar, de que era difícil pero que con los apoyos institucionales se podía conseguir, los trabajadores aguardaban por una reunión. El empresario era optimista con respecto a la segunda planta de elaboración de la factoría -la sala B- que se salvó del incendio con dos cámaras frigoríficas y que dijo que se podía volver a poner en activo, "si no es en esta semana entre el lunes o el martes". Otra cosa era la vuelta a la actividad en toda la factoría de Domaio, en donde quedó destruida la Sala A, de elaboración de pescado congelado (langostino, pota...).

En el Berbés

La cita con los trabajadores llegó cerca de las 13.00 horas y fue en la empresa matriz de Ángel Martínez "Casa Botas", en el Berbés en Vigo con el responsable de Recursos Humanos, Alfredo Campuzano, quien les planteó la solicitud urgente de un ERTE (ERE Temporal) a la Xunta "para que los trabajadores cobren desde el primer día",según señala el presidente del comité de empresa Edward de Llano (UGT), y mientras no se recupera la nave incendiada. El director de Recursos Humanos les trasladó que la intención de la empresa era garantizar todos los puestos de trabajo (la plantilla está formada por 220 trabajadores) y que cuando volviera a entrar en funcionamiento la Sala B, que se salvó del incendio y que se tiene que acondicionar con la maquinaria propia para anilla y filete de pescado, llegar incluso a establecer tres turnos, siempre y cuando haya materia prima para fabricar. El problema pudiera venir por la falta de esta materia prima, aunque la empresa dispone de otras cámaras exteriores en Vigo, bajo el régimen de alquiler, que podría garantizar el trabajo.

Por la mañana, el presidente de la compañía aseguraba que el ERTE podría afectar a un centenar de trabajadores, aunque eran cifras que no se podían dar como confirmadas, a la espera de los estudios. De la reunión con los trabajadores no trascendió, sin embargo, de que se hubiera planteado un número concreto para el ERTE.

Hasta la zona también se desplazaron, a primera hora de la mañana, la presidenta de la Diputación, Carmela Silva; que dio su apoyo institucional al empresario de Vigo y coincidió con la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, acompañadas por la alcadesa de Moaña, la nacionalista Leticia Santos, y ediles del gobierno local.