Los restos óseos hallados el pasado Jueves Santo en la ribera del Lérez, en la parroquia pontevedresa de Bora, pertenecen a Carlos Calvar Castro, un vecino de 41 años del barrio de Estribela, cuya desaparición fue denunciada por la familia el 24 de enero de 2012.

Las pruebas de ADN confirmaron la sospecha de los agentes de la Policía Nacional. Calvar fue visto por última vez abandonando el hospital Montecelo, donde había recibido asistencia tras sufrir una fuerte crisis de ansiedad, según explicó su familia.

Se negó a recibir asistencia psiquiátrica, exigió el alta voluntaria y se le perdió la pista. Divorciado y con un hijo, Calvar vivía solo en Estribela y su familia no se percató de su ausencia hasta días después.