El mercadillo ambulante de Barro sigue celebrándose bajo el control del clan de Los Morones, aún con la cúpula en prisión provisional acusada de organización criminal, extorsión, coacciones o amenazas, delito contra la Seguridad Social y blanqueo de capitales.

Al comenzar la feria ambulante de ayer en Barro, organizada por una asociación de comerciantes que dirige el mismo clan, varios familiares de Los Morones organizaban el mercadillo y daban o quitaban autorizaciones a los vendedores que pretendían instalarse. El anterior gobierno municipal, bajo el mandato del alcalde José Landín, les otorgó la concesión. El actual regidor, Xosé Manuel Fernández Abraldes, ha revisado esta autorización administrativa en todas sus cláusulas y asume que la concesión estará en vigor un año más.

Mientras tanto esta feria se sigue celebrando, bajo la gestión y la supervisión de esta familia de etnia gitana, aún con su patriarca y sus principales dirigentes en prisión. Al mercadillo no asiste ningún vendedor del grupo rival, Los Zamoranos, por lo que habitualmente no hay incidentes.