El acusado de guardar en su ordenador más de 30.000 imágenes y vídeos pedófilos, sacar fotografías en actitudes sexuales a dos niñas y un niño hijos de un familiar a los que cuidaba y tomar imágenes a adolescentes coruñeses en parques, alrededores de colegios y autobuses públicos, alegó ayer durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial que es aficionado a la fotografía.

El sospechoso, para el que la Fiscalía reclama 6 años de prisión y cuatro de libertad vigilada por cometer un presunto delito de utilización de menores para elaborar material pornográfico y otro de distribución de pornografía infantil, negó haber buscado pornografía infantil desde su ordenador, al que tenía acceso su familia. Además, declaró que las 28.904 imágenes y los 1.905 vídeos que la Policía Judicial halló en su computadora "se bajaban" y que él "no lo controlaba".

Los agentes comprobaron que en su casa, tanto en la sala de estar como en su dormitorio, escondía discos duros en los que almacenaba material pedófilo. En concreto, localizaron 28.904 imágenes y 1.905 vídeos en los que aparecían menores desnudos y en escenas sexuales. Los funcionarios también accedieron al historial de búsquedas que realizó el procesado en su ordenador, en el que escribió palabras como "pedofilia" o "porno infantil". Algunas de las búsquedas se hicieron en inglés.

El imputado reconoció haber tomado algunas fotografías a menores en las calles de la ciudad, pero insistió en que lo hizo para "uso particular" por su afición a tomar instantáneas. En cuanto a una serie de fotos a dos niñas de tres y seis años y a un niño de siete, reconoció que les tomó tres. El resto, en las que tenían "poses con una clara significación sexual", las hicieron los propios pequeños, según su versión. El padre de los menores fotografiados, que los había dejado a cargo del procesado y de las hermanas de éste en numerosas ocasiones porque son tíos de su esposa, aseguró ante el tribunal que sus hijos no sabían manejar una cámara fotográfica, por lo que descarta que las imágenes las hayan podido tomar ellos. El testigo indicó que los pequeños no sufren secuelas, si bien puntualizó que el "comportamiento" de su hijo mayor "ha cambiado a peor" desde entonces.

En su declaración ante el tribunal, el acusado también aseveró que no compartía pornografía desde su ordenador. El procesado, que está jubilado, negó con la cabeza cuando le preguntaron si sabía que su comportamiento podía conllevar responsabilidades penales.