Una octogenaria falleció ayer en Culleredo (A Coruña) por las quemaduras que sufrió, originadas en un cazo que tenía al fuego. La mujer, de 81 años, vivía sola en la avenida Miguel González Garcés, tramo de la N-550 a su paso por O Portádego. Una de sus hijas encontró el cuerpo cuando fue, como cada día, a visitar a su madre a las 12.00 horas. A falta de conocer los detalles de la investigación y del informe forense, los servicios municipales de emergencias estiman que el fallecimiento de la anciana fue cerca del mediodía. La hija fue atendida con una crisis de ansiedad.

Guardia Civil y Policía Local investigan lo ocurrido. Protección Civil de Culleredo acudió al domicilio a raíz de un aviso recibido en la central de la Cruz Roja, por el que el 112 movilizó a varios efectivos. La intervención de bomberos no fue necesaria dado que el fuego no se extendió ni afectó a la vivienda.

La víctima, M. C. C., vivía sola. Sus familiares la visitaban y acudían para ayudarla con tareas del hogar con frecuencia. Ayer, poco después de conocerse lo ocurrido, varios allegados fueron al lugar. "Estaba muy bien de cabeza, podías hablar con ella de todo, pero tenía problemas de movilidad, necesitaba un andador", explicó la responsable del centro de día de Acea de Ama al que acudía la víctima.

En los últimos tiempos, relata la responsable del centro, la mujer había pasado consultas médicas por sus problemas de deglución, que le obligaban a tomar los alimentos en papilla. Comía en el centro de día, cuenta, y se preparaba platos como "sopas" para cenar.