Tres personas resultaron heridas tras caer un muro en Lavadores. Una de ellas quedó atrapada en su vehículo y fue necesaria la intervención de los bomberos para excarcelada. Este fue el incidente más grave registrado ayer en Vigo pero es tan solo uno entre la veintena de intervenciones que Bomberos, Policía y Emergencias tuvieron que realizar derivadas de los 124,6 litros por metro cuadrado que cayeron en la ciudad. Además, dos aviones tuvieron que ser desviados y la línea de tren entre Ourense y Vigo tuvo que ser cortada por ramas en la vía.

Una mole de piedra y tierra de más de tres metros de altura se vino abajo mientras circulaban algunos vehículos por la calle Severino Coba. Dos personas fueron trasladadas al hospital: una mujer de 37 años al Álvaro Cunqueiro y un hombre de 49 al Hospital Fátima. Otros derrumbes, pero con repercusiones solo materiales, se registraron en Bembrive y Candeán, donde dos vehículos fueron alcanzados por el desprendimiento de tierra.

El río Lagares inundó una vez más la zona de Balaídos. Este desbordamiento ha paralizado el trabajo de las empresas del polígono de O Caramuxo, donde el agua superó el metro de altura. La última vez que ocurrió, hace tan solo un mes, los empresarios sufrieron pérdidas valoradas en dos millones de euros. Aseguran estar "hartos" de esta situación que, señalan, se ha agravado con las obras que se están realizando en la depuradora vecina. En estas empresas trabajan 3.000 personas que hoy tampoco podrán realizar su tarea.

Los bomberos reconocen que en este tipo de inundaciones no pueden actuar ya que la crecido del río y la pleamar echan por tierra su trabajo. Los afectados tuvieron que resignarse y esperar a que el nivel del agua bajase.

El transporte también sufrió las inclemencias meteorológicas. Dos aviones tuvieron que ser desviados a Santiago ante la imposibilidad de aterrizar, tras varios intentos, en Peinador.

La circulación de los trenes entre Ourense y Vigo tuvo que ser suspendida a las 17.30 por la presencia de ramas y piedras en medio de la vía en un tramo entre Figueiras y Frieira.

Se registraron además algunas inundaciones en bajos particulares y pisos, caídas de árboles en Balaídos, Baixada os Ríos y la carretera del monte Alba, llegando a caer incluso sobre el tendido eléctrico. Además se registró una alerta por peligro de desprendimiento de euralitas en la calle Ramón Nieto y por acumulación de sedimentos en el puente romano de Miraflores.