"Temí por mi vida en todo momento y aún temo". El empresario maderero secuestrado en la localidad coruñesa de Aranga y que estuvo retenido en un galpón en Lalín durante cinco días en enero de 2014 hasta que la Guardia Civil le rescató, relató ayer ante el tribunal que juzga a los 8 procesados su duro cautiverio. Lo hizo tras un biombo y aseguró que todavía sigue a tratamiento. Así, recordó que los secuestradores lo amenazaban con pegarle "cuatro tiros" . Lo ocurrido le "cambió" la vida, dejándole secuelas psicológicas. "Me dijeron que tenían un encargo, que era un tema de drogas y que tenían que cobrar", explicó el maderero al que los acusados confundieron con su hermano, con la intención de obtener 70.000 euros.

Antes que el empresario declararon seis de los ocho acusados -los dos supuestos cabecillas, los hermanos Mejuto, fueron interrogados la víspera-, para quienes el fiscal solicita penas de entre 13 y 10 años.

El matrimonio dueño de la finca de Lalín donde estuvo retenida la víctima, y su hija, novia de Jesús Mejuto, el supuesto líder del grupo, han asegurado que desconocían que el hombre que estaba en su cobertizo fuese víctima de un secuestro, y que les dijeron que tenía problemas con su mujer. Por su parte, el hijo del Jesús Mejuto se mostró arrepentido: "Pido perdón a Abel y a su familia por el daño que ha pasado". A la vez que negó ser el cerebro de la operación como manifestó ante el tribunal su tío.

La víctima explicó que cuando llegó la cita lo apresaron, a pesar de haberse equivocado de objetivo, puesto que los acusados reconocieron que su intención era quedar con el hermano del maderero. "Me tuvieron siempre amenazado y creí que iban a matarme", concluyó.