Un tornado arrasó a primera hora de la tarde de ayer el pabellón de deportes de Xil en el municipio de Meaño, dos grandes invernaderos de la zona, levantó los tejados de varias viviendas en las inmediaciones, e incluso arrancó de cuajo señales de tráfico. También en Dena, desde donde subió este fenómeno, causó daños, los de mayor consideración en el CEIP de Coirón y en una nave de una empresa de excavaciones cercana, amén de dejar tocados tejados de varias viviendas. La fortuna hizo que todo se saldara con daños materiales, eso sí cuantiosos, pero sin que hubiera que lamentar víctima o herido alguno. El temporal de viento que azotó Galicia dejó rachas de más de 155 kilómetros por hora en zonas de la provincia de A Coruña, y en Pontevedra causó daños y destrozos

El tornado se originó en la costa sobre las 16.30 horas, enfiló la zona de Coirón y recorrió casi unos casi tres kilómetros subiendo hacia Xil-Meaño por el centro de la localidad, en una franja de unos 100 metros de ancho, adquiriendo su mayor virulencia hasta impactar de lleno contra el pabellón de deportes, donde en la jornada de ayer no se celebraba actividad alguna.

La fuerza del viento fue tal que derrumbó la pared frontal del pabellón, retorció los hierros de la estructura y levantó gran parte de la cubierta dejándola hecha jirones. De hecho piezas de esta última fueron lanzadas por los aires a gran altura, hasta el punto de que una de las láminas de dicha cubierta, de unos 40 metros de longitud y unos 2 metros de ancho, acabó literalmente enroscada en las inmediaciones a un eucalipto a unos 20 metros de altura.

"Todo fue muy rápido, sentí como un gran trueno, pero más fuerte y más largo de lo que debería ser un trueno y me extrañó", relata Pilar Arosa, en cuya vivienda en pleno centro de Xil el tornado arrancó el tejado. "Enseguida abrí la puerta de casa -que da a la PO 303 que atraviesa la localidad- y me encontré todo: el contenedor azul que estaba en la otra parte de la carretera lo había lanzado por el aire hasta golpear contra mi puerta, otro amarillo estaba encima de una viña al otro lado y, al fondo, enseguida vi cómo había quedado al fondo del pabellón de deportes", añade esta vecina.

A escasos metros Milagros Varela no daba crédito a lo sucedido. Esta agricultora que lleva toda una vida dedicada a la huerta y que vende sus verdura a diario en la plaza de abastos de O Grove, vio ayer cómo los dos grandes invernaderos de 340 m2 cada unos, que tenía en la era, quedaron también arrasados por el viento huracanado: "En uno me llevó todo el plástico, pero en el otro, donde ahora tengo plantadas verduras de temporada, el plástico debía estar mejor anclado y lo que hizo el viento fue retorcer literalmente toda la estructura metálica". No tenía asegurados ninguno de los dos y, aunque no sabe cuantificar los daños, si admite que harán falta algunos miles de euros "para volver e ponerlos en pie".

El paisaje incluía numerosas tejas caídas sobre la carretera y también a pie de la tres casas que resultaron especialmente dañadas. Eso sí, operarios del concello desplazados al lugar se pusieron pronto manos a la obra. Familiares e incluso varios vecinos se afanaban para que los afectados pudieran reconstruir sus tejados de manera urgente para que la lluvia anunciada no entrara en sus viviendas. Entre los presentes en la zona, la alcaldesa Lourdes Ucha y varios ediles. La regidora aseguraba que "desde el concello toca ahora de manera inmediata valorar los daños y ponerse en contacto con las diferentes administraciones para ver la línea en que podemos actuar". La alcaldesa se congraciaba, cuando menos, de que "con la que nos ha caído no hubiera habido ninguna desgracia humana".

También en Dena el tornado dejó daños. Los más importantes en el colegio de Coirón, donde arrancó varias hileras del tejado, reventó una puerta de acceso y los cristales de una ventana. Además ocasionó daños en la calle que interior que discurre entre el centro educativo y el bloque de viviendas de los profesores. Volaron papeleras y grandes contenedores dispersando toda la basura, incluso provocó la rotura de los cristales de una de las ventanas del primer pabellón de aulas. Otros tejados sufrieron los efectos. El caso más grave en de una nave cercana, perteneciente a la empresa de excavaciones Carabel, donde el tornado arrancó también parte de su cubierta frontal.