Fue un atraco de película en el que los billetes del botín acabaron volando literalmente por el aire y en el que fueron necesarios disparos intimidatorios en el contexto de un impresionante operativo policial que finalmente posibilitó la captura de los ladrones. Ocurrió a plena luz del día el 7 de mayo de 2014 en el barrio vigués de Coia y ayer el caso llegó a juicio. Los cuatro autores del asalto frustrado a una entidad de Abanca de la calle Cronista Rodríguez Elías, tres de ellos históricos delincuentes con la consideración de peligrosos por parte de la Policía Nacional, se sentaron en el banquillo junto a un quinto acusado que, junto a uno de los anteriores, reventó con gas un cajero automático de otra entidad de Matamá tres meses antes que los hechos de Coia. Pero ya no hubo que celebrar vista oral. El caso escribió su último capítulo judicial tras una conformidad entre fiscal y defensas que rebajó a menos de la mitad las condenas que se solicitaban inicialmente. Unas penas mínimas que permitirán a la mayoría eludir la prisión.

La mayor pena es para Edelmiro Fernández Rial, un vecino de Nigrán de 48 años entre cuyas anteriores condenas destaca la que cumplió por matar a un joven en 2001 en la discoteca "Ramallosa 2000". Una atenuante de drogadicción y el cambio en la calificación del asalto -de robo consumado a intentado- contribuyeron a reducir su pena a cuatro años de cárcel junto con otros 34 meses que se le sustituyen por el mismo período de trabajos en beneficio de la comunidad. Además del robo, se le sentencia por delito de tenencia ilícita de armas -se le incautó una pistola y seis cartuchos-, así como por atentado a agentes de la autoridad en concurso con lesiones, ya que, en su intento de fuga, clavó un cuchillo en un pie a un policía. Deberá indemnizar al agente con 1.910 euros.

Otro histórico atracador que se sentó en el banquillo fue Juan José Nogueira Rodríguez, vigués de 52 años sentenciado a un año y nueve meses de cárcel por el asalto de Coia y a otros siete meses, que se le sustituyen por multa de 840 euros, por el atraco frustrado con gas al cajero de Matamá. Por estos últimos hechos fue condenado a la misma sanción económica el joven Héctor Pablo M. Fernández. Entre ambos deberán abonar a Abanca 3.164 euros por los desperfectos causados.

Laureano Fernández Rodríguez, Laurin, de 48 años, es otro viejo conocido de las fuerzas de seguridad. Ayer compareció en la sala de vistas custodiado por agentes ya que cumple condena por otros hechos. Por el asalto de Coia fue sentenciado a un año y nueve meses de encarcelamiento, idéntica pena que aceptó Agustín A. Doval, el único que carecía de antecedentes. La indemnización a la entidad bancaria por este robo se fijó en 450 euros, que es la cantidad que no se logró recuperar del botín lanzado al aire por la banda de atracadores al verse cercados por el dispositivo policial. La cantidad con la que se habían hecho en la oficina bancaria ascendió a 120.035 euros.

Los abogados de los sentenciados a prisión solicitarán la suspensión de la ejecución de la pena, beneficio que en el caso de Edelmiro Rial Fernández parece improbable ya que su condena es la más elevada y cumplió menos de un año de prisión preventiva por estos hechos.

Hechos

El asalto frustrado de Coia sucedió a las dos y media de la tarde del 7 de mayo de 2014, cuando Juan José, Laureano y Edelmiro irrumpieron en la entidad -Agustín aguardaba en el exterior-. El fiscal dice que lo hicieron "vestidos con ropas, gorros y gafas" y armados dos de ellos con pistolas simuladas y Edelmiro con una real. Los ladrones obligaron a los empleados a abrir caja fuerte y dispensadores, logrando el botín. Lo que no se podían imaginar era que la Policía Nacional estaba sobre su pista y un dispositivo los esperaba fuera. La banda fue detenida.